La segunda jornada de la Feira Celta destacó por los espectáculos urbanos
26 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Las calles de Porto do Son se han transformado durante este fin de semana para acoger una estampa poco común. El jaleo y el bullicio resultante de artesanos y vendedores anunciando sus productos junto a guerreros armados con instrumentos tradicionales configuran el retroceso temporal hacia un mercado céltico. Entre banderolas y alpacas de paja, locales y turistas dieron un paseo por la historia, mientras admiraban con curiosidad la Feira Celta.
Las hileras que formaban los más de una treintena de puestos de venta, arrastraron a los viandantes como un río cuyo caudal alojaba artículos de: orfebrería, cuero, inciensos o embutidos y quesos. De estos últimos sabía mucho el leonés Fernando Escudero, que ya lleva 25 años ofreciendo manjares del Bierzo en este tipo de eventos.
También había maestros de la talla de Marcel Pazos, con 31 años de experiencia con el vidrio, que encerraba flores de colores en el cristal. O las máscaras venecianas de Francesco Stefanelli, cosidas a mano y traídas desde la ciudad de los canales. Se descubrieron sorpresas como el método de depilación natural de unas manoplas con microcristales que ofertaban Chelo y Brigitte.
Presencia infantil
«Mira que ben o pasa, está repetindo», dijo Noelia Paz sobre su hijo Antón de 7 anos, que volvía a disfrutar del espectáculo teatral para niños que alojaba la plaza de España, mientras un fauno saltarín danzaba al son del grupo Wyrdamur. Ningún joven pudo aburrirse, ya que había multitud de juegos disponibles en la calle.