Agustín Pía: «Hay un abuso constatado del consumo de medicamentos para tratar la ansiedad»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

marcos creo

Asegura que la presión de la sociedad para que se prescriban es difícil de combatir

27 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Agustín Pía Morandeira, aunque nacido en Ortigueira, lleva veinte años ejerciendo como farmacéutico en el centro de salud de Noia, desde que se incorporó esta figura a la atención primaria para asesorar a médicos y pacientes del uso de medicamentos, incluso del coste derivado de ello. «Eso hay que tenerlo en cuenta cada vez más, especialmente en los tiempos que corren», indica.

-La función del farmacéutico en un centro de salud no es muy conocida por el público en general, ¿cuál es, concretamente, su función?

-Básicamente, consiste en promover un uso racional del medicamento por parte de los médicos, siguiendo como criterios la eficacia y la seguridad. También nos encargamos de la revisión del tratamiento de los pacientes crónicos que llevan tiempo siguiendo una prescripción, y de realizar recomendaciones sobre ese tipo de tratamientos. Además, nos ocupamos de informar sobre las novedades terapéuticas que salen al mercado, de sus ventajas y desventajas sobre los fármacos que se suelen usar.

-¿Diría que hay un uso o un abuso de los medicamentos?

-Las dos cosas. Hay un uso cada vez más creciente entre la gente de mayor edad afectada por una patología crónica. Y, aunque es un tema peliagudo, puede que también haya cierto abuso de los medicamentos en este tipo de pacientes. Sí está constatado, sin embargo, que hay un abuso del consumo para tratar la ansiedad o la depresión. En los datos de la evolución del consumo hay un aumento importante en ciertas patologías de tipo psiquiátrico.

-¿Hay un consumo injustificado?

-Hay un uso creciente y un consumo no justificado de antidepresivos y, fundamentalmente, de ansiolíticos. La presión que hay de la sociedad para que se prescriban estos medicamentos es difícil de combatir. En este caso, como en todo, la mejor arma contra ello es la información.

-Como farmacéutico, ¿es partidario de la automedicación?

-La automedicación no es mala, siempre que los pacientes lo hagan con responsabilidad, y en las farmacias hay personal facultativo capacitado para darles consejo. No siempre tienen por qué acudir al médico de cabecera, especialmente si hablamos de patologías menores y comunes, como puede ser, por ejemplo, un resfriado.

-Tras veinte años atendiendo a pacientes de la comarca, ¿ha detectado que haya una mayor dependencia en la zona a algún tipo de medicamento?

-La verdad es que, si ves los patrones de prescripción y uso, no hay grandes diferencias entre unas zonas y otras. Son bastante estables en todo el territorio, independientemente de la procedencia.

-¿Sigue habiendo presión sobre los médicos de atención primaria a la hora de que prescriban una determinada marca o fármaco?

-Desde la experiencia puedo decir que la presión en los últimos años ha bajado muchísimo en comparación a la que había hace un tiempo. Por otra parte, desde la Administración se ha insistido en el uso de medicamentos genéricos para reducir la factura. Pero, si hablamos de la presión de la industria sobre los profesionales de la medicina, actualmente, viene derivada de que la formación e información sobre medicamentos que tienen a su disposición les llega desde la propia industria y no desde la Administración.

-¿Ve necesario entonces que la Administración asuma, en mayor medida, la labor de informar sobre los medicamentos que van saliendo al mercado?

-Aunque en parte ese es mi trabajo como farmacéutico, sí que creo que la Administración debería jugar un papel más importante y ofrecer información sobre los medicamentos que se van incorporando. En muchos casos, no aportan más de lo que ya había antes, pero desde los laboratorios, que es de donde llega casi toda la información, se venden como algo revolucionario.