Donde la magia de las meigas cobra vida entre piedra y piedra

Ana Moas / A.?G. NOIA / LA VOZ

NOIA

Ana Moas

Los recorridos por la villa promovidos por la patronal baten récords, tanto en el número de extranjeros como de españoles

24 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Toda villa medieval tiene su encanto. Quizás se deba a las calles empedradas, a las bonitas edificaciones o a las leyendas de valientes caballeros cuyo objetivo es derrotar a algún feroz dragón para salvar a los ciudadanos. Quizás sea la fuerza de la imaginación y el misticismo oculto en ellas, que habla de símbolos masones o templarios. Eso es lo que ocurre en Noia, tierra de meigas en la que su historia se ve plagada de relatos populares, de los que Iria Caamaño, guía turística contratada por Noia Histórica, no olvida detalle.

Era media mañana y la gente se iba acumulando poco a poco en el punto de encuentro citado. Allí esperaba Caamaño, dispuesta a iniciar la narración de la historia de la villa que se remonta al diluvio universal, cuando Noela, nieta de Noé, llegó a este pueblo barbanzano. La ruta se inicia en el claustro de la casa consistorial, en pleno viaje entre una época y otra. Turistas italianos, ingleses y procedentes de otras comunidades autónomas escuchan atentamente las palabras de su guía, en un año en el que las visitas baten récords en número de participantes.

Un cuento cargado de maravillas, de misterios y de alguna que otra maldición que lleva a los visitantes hacia Santa María A Nova, que vive estancada en un tiempo lejano y tiene dos peculiaridades. Cuenta con el segundo cementerio más bonito de España, según una encuesta, y con el mayor número de lápidas gremiales del mundo. Sin duda, el plato fuerte de la visita, por lo menos a ojos de Anna Fontanna y Alberto Musotti es: «La explicación de la guía sobre la historia de la iglesia engancha».

El circuito continúa en San Martiño, conocida por la maldición que alberga y que no deja de sorprender a los asistentes: «Es lo que más me impresionó de todo», dice la pequeña Sara Beitia. Una historia que pone punto y final en los jardines Felipe de Castro, personaje que recuerda a un lugar de artistas.

Digno de película

Ya consideró el cineasta Claudio Guerín, en su momento, que Noia estaba cargada de magia en cada una de sus piedras, un pensamiento que comparte Ameet Bakhai: «Podría ser perfectamente el lugar de rodaje para una película de Harry Potter. Es todo muy mágico».

Y es que por mucho que se recorran las callejuelas de su centro, uno no se llega a percatar de todo: «Ya habíamos estado aquí anteriormente, pero no la conocíamos de esta manera. No eres consciente de todos los detalles que te pierdes si no te los enseñan bien», explican Itziar Nogales y Paco Porto. El misterio que envuelve la narración contada por Caamaño, hace que el joven Jon Beitia se sienta absorto: «Es realmente interesante cada parte de la historia de Noia».