Dos sicarios admiten que una mujer les encargó matar a su marido ciego

Alberto Mahía / Javier Romero A CORUÑA, RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

El invidente sobrevivió a una paliza y su esposa, vecina de Santa Comba, fue encarcelada después de que los hombres confesasen el intento de asesinato

13 mar 2015 . Actualizado a las 09:21 h.

El horrible suceso que sale ahora a la luz sucedió en la primavera del año pasado. Todo empezó con el hallazgo en un monte de Noia de un hombre que se debatía entre la vida y la muerte. Semidesnudo y apaleado, la persona en cuestión era un conocido vendedor de la ONCE en la zona. Su ceguera era total y apareció sin dinero ni cupones. En aquel momento, la investigación se centró en buscar a los desalmados que fueron capaces de apalear a un invidente para robarle lo poco que llevaba encima.

Mientras la Guardia Civil indagaba en lo que parecía un atraco, el hombre se recuperaba de las heridas en el hospital. Pero algo llamó poderosamente la atención de los agentes. Los servicios médicos detectaron en el cuerpo de la víctima altísimas dosis de ansiolíticos -fármacos que producen una gran somnolencia, como los que le administraron a Asunta antes de matarla-. Algo no cuadraba. No podía ser que unos simples atracadores drogasen previamente y en días sucesivos a un hombre ciego para luego robarle unos cuantos cupones, pensaron entonces los investigadores.

Pasaron las semanas y las pesquisas apenas avanzaban. Hasta que apareció en el cuartel la esposa del invidente, vecina de Santa Comba. Para denunciar que estaba siendo víctima de una extorsión. Contó a los agentes que alguien la estaba llamando reclamándole dinero con amenazas. La mujer les dijo a los guardias civiles que tenía mucho miedo, que no quería que le pasase lo que le había ocurrido a su marido.

Aquella aparición dio un vuelco al caso. A la Guardia Civil todo le parecía muy extraño. Les resultaba sorprendente que un invidente fuese víctima de un atraco con su cuerpo intoxicado con ansiolíticos, y que a las pocas semanas su mujer presentase una denuncia por extorsión.

Poco después, ya en el mes de octubre del año pasado, la Guardia Civil detuvo a dos hombres de etnia gitana y vecinos de Carballo como los supuestos extorsionadores. Los arrestados, nada más sentarse para declarar ante el titular del juzgado de instrucción de Negreira, confesaron ser los autores de la paliza al invidente en la localidad de Noia. Pero que lo habían hecho por encargo de su esposa. Dijeron que los había contratado para darle muerte y que ellos al final no se atrevieron. Inmediatamente, la Guardia Civil procedió a la detención de la esposa y tras prestar declaración fue enviada a prisión como supuesta autora de un delito de inducción al asesinato. Hoy vuelven a declarar los «sicarios».

Los detenidos podrían haberla delatado porque ella se negaba a pagar los servicios

La Guardia Civil investiga si las llamadas que recibía la esposa de la víctima requiriéndole un dinero procedían de los teléfonos móviles de los detenidos, que solo intentaban que la mujer les pagase por los servicios prestados. Y entre que ella, presuntamente, se negaba a pagarles porque no habían cumplido con el trato -que era matarlo y no golpearlo-, y que, además, los denunció por extorsión, los detenidos se animaron a contar la verdad. En eso está la Guardia Civil, en averiguar si es así o no.

Por lo de pronto, el titular del Juzgado de instrucción de Corcubión tomará hoy declaración a un tercer detenido por estos hechos. Asistido por el penalista coruñés Diego Reboredo, el hombre deberá responder si es cierto o no que participó en la brutal paliza a un invidente en Noia por encargo de su esposa. El hombre que se sentará ante el juez también es vecino de Carballo y de etnia gitana.