Pese a los resultados económicos, la de A Picota fue una fiesta del orgullo ganadero
30 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La de ayer en A Picota no fue una feria, sino una fiesta. Y eso que el sector tampoco está para folclores, sumido en la que, para muchos, es la peor crisis que se recuerda. Por eso lo que sucedió Mazaricos, en realidad lo que pasó durante toda la semana, tiene mayor calado. Lo que se inicialmente se planteó como una semana ganadera con actividades en los coles, jornadas técnicas o subasta de novillas acabó convirtiéndose en una reivindicación de lo rural, en una demostración de orgullo ganadero, en un presumir de ser y sentirse de aldea.
Quienes defienden y definen las crisis como momentos de grandes oportunidades hubiesen estado en su salsa en Mazaricos. Los precios de la leche están por los suelos y las granjas ahogadas económicamente pero, pese a ello, el sector ha dado un paso al frente y ha reivindicado su futuro, el derecho a vivir dignamente de su trabajo. Lo ha hecho de mano de los profesionales de la asociación local de ganaderos y de la asociación cultural EusonMazaricos que están convirtiendo la MZ en un símbolo de resistencia, de dignificación de lo rural y en una marca con la que se identifican quienes se sienten orgullosos de lo que son.
Peor resultado
Es cierto que el resultado económico de la subasta no fue el de años precedentes -solo se vendieron 12 de las 18 vacas, un buen número de ellas de la comarca, y su precio medio fue más bajo que en otras ediciones- pero la rentabilidad no siempre se mide en dinero. Ni tampoco el resultado de intensos esfuerzos acostumbra a ser inmediato.
Durante la última semana las frisonas estuvieron presentes en todo. Quien no dibujó vacas, las fotografió o incluso fue a verlas a sus granjas. Los que quisieron pintarse la cara de pintas, directamente la ordeñaron o, aunque cueste creerlo, escucharon su música. Los más serios hablaron sesudamente de ellas o disfrutaron, pese a todo, de la subasta y de lo mucho que han conseguido los ganaderos en cuanto a mejora genética del ganado.
Como acostumbra a ser habitual, excelente trabajo de los técnicos de Africor-Coruña tanto en la selección de los animales como en su manejo y presentación así como del personal del ayuntamiento de Mazaricos, Protección Civil o Adisbismur en la logística y organización. Otro tanto puede decirse de las casas comerciales participantes que se volcaron en el montaje de unos estands por los que pasaron más de dos millares de personas.
A todos agradeció su esfuerzo el alcalde, Juan José Blanco, que, precisamente, clausuró la jornada técnica recordando a Balbino, aquel «rapaz da aldea» salido de la privilegiada imaginación del fallecido Neira Vilas. Aquel tierno personaje que se definía «como quen dis, un ninguén» y que ayer hubiese estar orgulloso de llevar una MZ en el pecho.