La segunda fase del parque eólico Ruña pone en pie de guerra a los mazaricanos

xoán r. alvite / sande MAZARICOS / CORRESPONSAL

MAZARICOS

El Concello critica la «total deixadez» de la Xunta en la concesión de licencias para la instalación de aerogeneradores

04 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento de Mazaricos parece dispuesto a ponérselo difícil a las empresas que intenten instalar nuevos parques eólicos en su territorio. Así, al menos, se desprende de las alegaciones presentadas al proyecto de construcción del complejo Ruña II que se ubicaría en la parroquia de Arcos y contaría con siete aerogeneradores. «Nós non estamos en contra das enerxías renovables, máis ben todo o contrario, o que pasa é que non imos permitir que se instalen de calquera maneira e a calquera prezo, en ocasións prexudicando considerablemente aos nosos veciños», aclara el alcalde, Juan José Blanco Riveiro.

El regidor mazaricano no duda en criticar la actitud de la Administración autonómica en cuanto se refiere a la concesión de autorizaciones para la puesta en marcha de nuevos parques como el que afectaría a su municipio. «Desde a Xunta estase demostrando unha total deixadez neste asunto. Facendo a vista gorda ante determinadas deficiencias dos proxectos que se presentan e que os afectados son incapaces de ver debido á complexidade técnica do asunto», apuntó el primer edil.

De hecho, tal y como se reconoce desde el propio consistorio, el Ayuntamiento ha tenido que recurrir a una consultoría externa para presentar su escrito de alegaciones. Circunstancia esta que también critica su alcalde: «Vímonos na obriga de ter que gastar 6.000 euros nun estudo técnico para comprobar que o proxecto presenta múltiples deficiencias, algo do que xa deberían estar ao corrente na Xunta antes de sometelo a exposición pública», lamenta el primer edil, que incluso sugiere la posibilidad de reclamar ese dinero por la vía judicial.

Como también abre la posibilidad a estudiar minuciosamente todos los proyectos presentados con anterioridad: «Visto o visto, a saber como estarían os outros proxectos que se presentaron aquí. Non descartamos encargar un estudo para detectar posibles incumprimentos».

El proyecto ha recibido más de medio centenar de alegaciones

El proyecto del parque eólica Ruña II, que tendría una potencia total instalada de 21 megavatios, ha recibido ya más de medio centenar de alegaciones de todos los vecinos potencialmente afectados por la instalación. En la mayoría de los casos, los afectados reclaman contra los prejuicios que, a su entender, la construcción de ese complejo eólico tendría sobre sus propiedades, su actividad económica e incluso su salud. «Se tan bos son que os poñan na volta das súas casas. ¿Quen vai aguantar aquí co ruido de semellantes máquinas?», se preguntaba una vecina de Arcos.

Las alegaciones municipales, por su parte, incidían en tres aspectos básicos relacionados con el proceso de información pública, las líneas de evacuación de la energía y la evaluación del impacto ambiental. En este sentido, desde el consistorio se alega la falta de concreción a la hora de indicar el tipo de máquinas que se van a instalar, lo que imposibilita, a su entender, conocer aspectos tan básicos como las molestias que pueden generar en función de su altura o del tamaño de sus palas así como su emplazamiento más idóneo o incluso los accesos necesarios para la colocación de las turbinas. 

El escrito de alegaciones también señala, entre las varias deficiencias que parece tener el proyecto, que las líneas de evacuación previstas son inservibles debido a su alta saturación y que su declaración de utilidad pública es imposible dada la indefinición de los trabajos que se proyectan.

Mucha producción en el municipio y pocos beneficios

Con 123 aerogeneradores instalados en su territorio y más de 120 megavatios de potencia, Mazaricos es el municipio de la provincia que mayor energía produce a partir de la fuerza del viento. En su territorio funciona a día de hoy alguno de los parques eólicos más potentes de toda Galicia. Este poderío no se traduce, sin embargo, en ventajas importantes para el vecindario, más allá de los escasos 200.000 euros que anualmente llegan procedentes del llamado Fondo de Compensación Ambiental.

«É unha pena que se lles deixase montar esta infraestrutura a cambio de nada, porque o concello apenas se beneficie dos moitos millóns que se xeran no seu territorio», lamenta el alcalde.