La profesionalización del ladrón medio

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

Hacer frente a sistemas de alarma cada vez más sofisticados obliga a los amigos de lo ajeno a tener un mayor conocimiento de su oficio para no dormir en el calabozo

23 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es cierto que las cifras oficiales, que fijan la línea roja entre vivir en una población segura o insegura, no son alarmantes, pero más cierto es que los robos van en aumento. Locales comerciales de todo tipo son los objetivos preferidos de ladrones de medio pelo afincados en la zona, u oriundos, con pretensiones de mejorar en lo suyo a pesar de que los propietarios legítimos de los negocios, al ver la que está cayendo, ya no dejan nada de valor cuando están cerrados. El problema es que los cacos siguen actuando, y fruto de esa constancia acaba llegando la profesionalización de su oficio, por muy ilegal que sea.

Los sistemas de alarma son el primer enemigo a esquivar de estos individuos. Si la cosa sale mal, luego llegarán el calabozo y al juzgado. El análisis previo del objetivo se antoja prioritario antes de pasar a la acción. Su conocimiento llega a tal punto que intentan cortar el suministro eléctrico para anular las alarmas, aunque existe la dificultad de que algunas ya saltan si cesa la corriente. Por lo que, a veces, hay que desaparecer en cuanto llegan las sirenas.

Talón de Aquiles

En Boiro, en enero, se dio una tendencia que tenía desencajados a los afectados. Algunos, que sufrieron robos en el pasado y tenían sistema de alarma para el acceso principal a su local, se vieron sorprendidos al comprobar que la ventana -generalmente en entresuelos- era su talón de Aquiles. Ahora, y para evitar nuevos episodios, los sistemas ya se instalan en cada acceso. «Muerto el perro, se acabó la rabia», explica el dueño de una gestoría de Boiro. En esta localidad, precisamente, Guardia Civil y Policía Local ya hicieron turnos conjuntos esta misma semana para frenar la tendencia.

El otro perfil de ladrón es más tosco, muchas veces condicionado por las adiciones. Actuar en caliente, recurrir a la violencia a sabiendas de que se hace ruido, no usar guantes o cometer otros traspiés son habituales, pero a ellos les merece la pena si se saca lo justo para la enésima dosis. Lo que resulta curioso entre estos individuos es lo rápido que aprendieron el significado del término habeas corpus, procedimiento jurídico mediante el cual cualquier ciudadano puede comparecer inmediatamente ante el juez para que este determine sobre la legalidad del arresto. Basta decir que dicha solicitud lleva tiempo en boca de muchos de estos ladrones cada vez que un agente les echa el guante.

La voz de la experiencia

La empresa de Boiro Hispania Seguridad lleva años garantizando la tranquilidad de sus clientes y colaborando con la Guardia Civil en la resolución de casos. Álvaro Casais, propietario, explica: «Robos siempre los hubo, aunque ahora hay más. Creo que de cada uno que trasciende, hay seis o siete. Lo que sí noto es que el ladrón medio de la zona sabe hacer cada día mejor su trabajo y utiliza las herramientas que sean necesarias. Los negocios que puedan tener dinero son la prioridad, y de no haber, la preferencia son los aparatos tecnológicos».

La tendencia actual pasa por no hacer ruido ni causar destrozos. «Conozco a un afectado que se enteró de que habían entrado a robar cuando vio la ventana abierta. No había un papel fuera del sitio, pero faltaban cosas de valor. Lo que resulta necesario saber cuando se coloca una alarma es que existe una oferta amplia de modelos, pero no todos son seguros».