El pasado domingo fue día de fiesta en la parroquia boirense de Lampón, donde los feligreses que durante toda la jornada participaron en los oficios religiosos demostraron que la antigua devoción por San Mauro continúa intacta. De hecho, no solo es así entre los vecinos de Boiro, sino que hasta la iglesia de Lampón se acercaron personas procedentes de Pino de Val, en Mazaricos.
La celebración se extendió a todos y cada uno de los núcleos de la parroquia gracias al pasacalles que protagonizaron la Banda de Música de Caamaño, el grupo tradicional Arume y el grupo de gaitas Barlovento. Los tres recorrieron las aldeas desde primera hora de la mañana anunciando la festividad en honor de San Mauro, y al finalizar la misa solemne de las 12.30 horas y la procesión posterior ofrecieron un concierto para los asistentes.
De bautizo
Desde las nueve de la mañana hubo oficios religiosos cada hora hasta la misa solemne, cantada por el coro parroquial y en la que se celebró el bautizo de un pequeño de la parroquia al que sus padres decidieron llamar, precisamente, Mauro.
Ya por la tarde, los oficios se sucedieron hasta las 19.00 horas. Tras la última celebración religiosa, hubo una nueva procesión que tuvo como colofón una gran tirada de fuegos artificiales con la que los vecinos despidieron la festividad de San Mauro hasta el próximo año.
El párroco, Marcelino Sánchez, agradeció la colaboración de los devotos por sus aportaciones para poder llevar a cabo los actos programados y la ayuda prestada por el Concello. Explicó también que la devoción por el santo en Lampón viene de antiguo.
Recuperar la romería
De hecho, en la parroquia hay un núcleo llamado San Mauro, y antiguamente había en el lugar una capilla en su honor y se celebraba una romería. Ese templo ya no existe, pero el objetivo de Sánchez es recuperar en los próximos años esa fiesta en la finca del pazo de Goiáns y rehabilitar su capilla para dedicarla tanto a este santo como a la Virxe da Boa Viaxe.
Gran afluencia. El párroco Marcelino Sánchez destacó la gran afluencia de asistentes a las distintas celebraciones religiosas, sobre todo a las solemnes, lo que evidencia que la antigua devoción por san Mauro sigue viva entre los feligreses. El objetivo del sacerdote es que la celebración vaya a más e, incluso, con el paso de los años, conseguir recuperar la romería que se celebraba antiguamente con motivo de la onomástica.
Gran afluencia. El párroco Marcelino Sánchez destacó la gran afluencia de asistentes a las distintas celebraciones religiosas, sobre todo a las solemnes, lo que evidencia que la antigua devoción por san Mauro sigue viva entre los feligreses. El objetivo del sacerdote es que la celebración vaya a más e, incluso, con el paso de los años, conseguir recuperar la romería que se celebraba antiguamente con motivo de la onomástica.