La violencia regresa a Cabo con ataques a personal de la cofradía

BOIRO

marcos creo

Dos guardapescas y un par de mariscadoras acabaron en el hospital tras un altercado con furtivos en un fin de semana especialmente conflictivo

01 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los viejos fantasmas regresaron el fin de semana a las playas de Cabo tras una temporada de relativa calma chicha. Las vigilancias nocturnas, organizadas desde la cofradía, derivaron en un enfrentamiento abierto con personal del pósito. El triste balance ascendió a cuatro heridos, dos guardapescas y otras tantas mariscadoras, que en la noche del sábado tuvieron que ser trasladados al hospital de Barbanza después de ser agredidos con piedras y patadas.

Poco después de las 23.00 horas del sábado, en la desembocadura del río Coroño, los vigilantes que estaban de guardia tuvieron constancia de que diez furtivos estaban trabajando en este banco. La presencia de los guardapescas disuadió al grueso de los mariscadores ilegales, pero envalentonó al resto, que no dudó en contraatacar lanzando piedras hasta llegar a acorralarlos. 

Dos socias del pósito, que estaban efectuando controles en la zona de Mañóns, se desplazaron hasta al río Coroño para ayudar a los vigilantes. «Al llegar observamos que uno de los furtivos estaba reducido y esposado. Al lado vimos a su mujer, que hacía labores de vigilancia y tenía a su hijo de 2 años en los brazos. Ella estaba en el suelo, por que también intentaban reducirla. Le dijimos que nos diera al niño, pero se negó desde el suelo mientras nos daba patadas a todos», explicó una de las agredidas. 

Mediación de la Guardia Civil

La llegada de una patrulla de la Guardia Civil enfrió el altercado. Tan solo fue identificado el individuo que había sido reducido por los guardapescas, los restantes lograron escapar. Mientras, los cuatro profesionales de la cofradía tuvieron desplazarse al hospital de Barbanza para ser atendidos de las lesiones que sufrían a causa de las pedradas y los golpes. 

El viernes también se vivieron momentos de gran tensión, esta vez en la zona de Carragueiros. Según explicaban ayer en la cofradía se trataba de un grupo de Noia que lleva actuando mucho tiempo en las concesiones crucenses. «Nós continuaremos vixiando, o marisco é noso e non podemos permitir que sigan roubando o noso pan», explicaron en la entidad.

«Son más agresivos que nunca para no ser identificados y denunciados»

La entrada en vigor de la reforma del Código Penal, que pasó a tipificar como delito, y no como falta administrativa, esta práctica ilegal siempre que sea reincidente, ha provocado entre los furtivos una actitud mucho más vehemente. Los motivos los explica Susana Silva, vicepatrona mayor de Cabo: «Son más agresivos que nunca para no ser identificados y denunciados. Saben que si los cogen serán requeridos por la Justicia, así que cuando los vemos y vamos a por ellos, no dudan en lanzarnos cualquier objeto o enfrentarse abiertamente con nosotros para escapar».

Silva explica que, después de una temporada de relativa calma, las vigilancias realizadas cada noche permiten asegurar que la presencia de estos mariscadores ilegales está yendo a más, tanto a flote como en las playas. El problema, al final, es que esta actividad irregular acaba teniendo consecuencias para los profesionales que cada mañana salen a buscar el marisco y se encuentran con serias dificultades para alcanzar los cupos.