Seis décadas con una historia y un destino fijados en Boiro

maría piñeiro / a. g.

BOIRO

MARCOS CREO

La mujer, afincada en Madrid, festejará su 72 cumpleaños en la localidad

19 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiaguesa de nacimiento, madrileña de adopción y boirense de corazón. Diferentes lugares y diferentes perspectivas vitales que han contribuido a escribir líneas en el libro de recuerdos de Milagros Otero. De todos esos lugares, uno ha trascendido especialmente en la vida de esta gallega afincada en Madrid: Boiro. Esta tierra y su gente se ganaron rápidamente su amor y cariño incondicional cuando era tan solo una chiquilla de 12 años. Desde entonces, ella le ha venido demostrando su afecto a lo largo de los años, 60 para ser exactos.

Y no es para menos, Milagros y su marido no se pierden ni un verano en el que llaman su segundo hogar: «Es cerrar la puerta de mi casa en Madrid y abrir la de Boiro». Las vacaciones estivales no son las únicas escapadas que busca la pareja de jubilados para huir del mundanal ruido que emana de la capital española. En Pascua y Navidades vuelven con más ganas que nunca de pisar terreno barbanzano: «Somos unos forofos de Boiro»

Pero, ¿de dónde surge esta fuerte vinculación? El responsable de tal arraigo no fue otro que el propio padre de Milagros, quien trabajó durante años en el sector eléctrico, con la empresa Valverde primero y con Fenosa posteriormente, por toda la comarca. De hecho, participó en la instalación del cableado eléctrico de gran parte de la zona, llevando la luz a cientos de hogares de Taragoña, Cespón y A Pobra.

Embajadora a tiempo completo

La ocupación del padre daría a conocer al resto de la familia una zona de veraneo inolvidable. Una joven Milagros Otero sucumbió a los encantos del municipio boirense y a partir de ese momento no faltó a su encuentro anual con un pueblo en el que acumula grandes recuerdos con su marido e hijos. Cada vez que regresa a la capital se lleva el municipio entero con ella: «Mis amigos madrileños conocen Boiro como si se tratase de una gran ciudad,  como A Coruña o Vigo. No paro de hablarles de las maravillas que encierra este lugar». 

Y es que esta gallega actúa como una auténtica embajadora en tierras forasteras. Se encarga de dar voz a los valores por los que vuelve año tras año: el clima, la comida, las playas y las fiestas: «Te llegan las horas del día para hacer todo lo que quieras. Aquí el ritmo de vida es más tranquilo y menos abrumador».

De terraza en terraza, Milagros Otero no pierde la oportunidad  de tomar una caña en compañía de sus amistades: «Me gusta hablar con la gente y aquí las personas son encantadoras». Tampoco se pierde un día de sol en Carragueiros o en A Retorta, ambos destinos playeros ineludibles. Y, cómo no, tampoco deja pasar la ocasión de degustar los frutos del mar: «Nos vamos con el marisco puesto, ya que en Madrid está muy caro», comenta con humor.

El próximo martes festejará su 72 cumpleaños. Como cada año desde hace seis décadas, la celebración  tendrá el lugar fijado en Boiro, localidad que la enamoró hasta las trancas y de la que no saca ningún defecto. Bueno, uno sí : «El único defecto que puedo encontrar es que al volver, me voy con unos kilogramos de más».