Los ingresos del banco de tapones de Boiro rondan los 9.000 euros

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Los plásticos se almacenan en una nave hasta su partida hacia la recicladora de Narón.
Los plásticos se almacenan en una nave hasta su partida hacia la recicladora de Narón. carmela queijeiro< / span>

Por la nave de Valmaior pasaron desde la puesta en marcha del servicio, hace más de dos años, unas treinta toneladas de plásticos

10 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajo, dedicación y una campaña de difusión que es conocida incluso al otro lado del océano Atlántico. Estos son los pilares que sustentan el banco de tapones que funciona en Boiro desde marzo del 2013. Durante los más de dos años que han pasado desde la puesta en funcionamiento del servicio, por sus instalaciones, una nave cedida por una empresa en Valmaior, han pasado unas treinta toneladas de plásticos, lo que, traducido a dinero, supone una recaudación de unos 9.000 euros.

Los orígenes de este banco de tapones se remontan a la marea solidaria que hizo temblar los cimientos de Barbanza, la que permitió a la familia de la pequeña Paula conseguir los fondos necesarios para someterla a un costoso tratamiento en Alemania que le permitiera caminar. Un grupo de boirenses emprendieron entonces una serie de acciones con el fin de recaudar dinero para esta causa. Una de ellas fue la recogida de tapas de plástico que eran cambiadas por dinero en una empresa dedicada al reciclaje.

Conseguido el reto, la campaña cesó, pero muchos barbanzanos, acostumbrados a separar en sus hogares los tapones, siguieron depositando bolsas y bolsas llenas de piezas plásticas en los puntos de recogida habituales. Fue entonces cuando aquellos que impulsaron la campaña en favor de Paula decidieron poner en marcha un banco y marcarse nuevos objetivos.

Meta a alcanzar

Irene Abalo, una niña de Valmaior que sufre parálisis cerebral fue la primera causa que apadrinó el banco de tapones de Boiro, que oficialmente inició su andadura el 15 de marzo del 2013. El servicio se puso como meta lograr 15.000 euros para costear distintos tratamientos y operaciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la pequeña y va camino de alcanzarla. Y es que, a los 9.000 euros que lleva recaudados a través de los tapones hay que añadir otros 2.000 que fueron reunidos gracias a una exhibición de zumba y la donación realizada por una asociación pobrense.

Una de las voluntarias del banco de tapones, Eva Riveiro, no duda en apuntar que la labor realizada es dura, pero satisfactoria: «Hay mucho trabajo detrás de esta cantidad de dinero. Es mucha la gente que colabora pero, cuando los tapones llegan a nuestras manos, tenemos que seleccionar, pues a veces aparecen piezas que no sirven».

Son entre siete y ocho personas las que trabajan de forma activa en la nave cedida por Prefabricados Buxán en Valmaior. Desde allí, los tapones viajan a una recicladora de Narón.

Un centenar de puntos de recogida en España y parte del extranjero

Acumular treinta toneladas de ligeros tapones en poco más de dos años no es tarea fácil, pero ha sido posible gracias a la colaboración de miles de personas que hacen sus aportaciones en el centenar de puntos de recogida que hay. Centros educativos y edificios públicos de Barbanza engrosan una lista en la que también figuran lugares alejados de esta comarca como Carolina del Norte, Sáhara, Suiza y Alemania.

Convertir esas treinta toneladas de plástico en nueve mil euros tampoco es sencillo. También en este caso, la colaboración de los vecinos está resultando fundamental. Y es que el banco de tapones no genera costes. La nave en la que se ubica es cedida, como también son regalados los enormes sacos en los que hacen su viaje los plásticos o el transporte que se utiliza para cubrir el trayecto Boiro-Narón.

Día a día, son muchos los barbanzanos que demuestran que la llama solidaria que prendió la pequeña Paula en sus corazones sigue muy viva.