La propietaria admite que no ha hecho nada especial para que la planta alcanzase los cuatro metros de altura
30 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Es bien sabido por todo el mundo que los cactus están adaptados para soportar condiciones extremas de temperatura, luz y sequía. Estas curiosas plantas, originarias de tierras americanas y africanas, se pueden encontrar a día de hoy en cualquier floristería que se precie. Lo que no podría imaginarse la dueña de un cactus de Escarabote, en Boiro, es que su ejemplar rozase los cuatro metros de altura.
Josefa Dieste, así se llama la vecina boirense propietaria del desmesurado vegetal, sostiene que no ha requerido de cuidados especiales ni ha empleado fertilizantes que pudieran darle un empujón en el crecimiento: «Simplemente lo riego de vez en cuando».
Atracción local
Josefa Dieste compró el ejemplar en una floristería local hace aproximadamente veinticuatro años: «Venía en una maceta chiquitita y sus proporciones eran también diminutas».
Luego, a medida que fue rompiendo los límites de su tiesto, la planta fue trasplantada al jardín de la propiedad y, desde entonces, no ha parado de crecer: «Medró de una manera asombrosa. No lo esperábamos».
Josefa Dieste, a la que le encanta la floricultura, se siente satisfecha y orgullosa de poder contar con un ejemplar modelo en su pedacito de terreno.
De todas maneras, admite que, con su edad, ya no atiende como quisiera las labores del jardín: «Tengo las flores y el cactus un poco abandonados. Ahora ya no tengo tanta actividad como antes».
Con más de dos décadas echando raíces, la planta se ha convertido en el centro de las miradas de paseantes y vecinos. En ocasiones, cuando visitan a Josefa Dieste le preguntan cuál es su secreto. Desde luego, no pasa desapercibida.