Los ataques de lobos al ganado se dispararon en las últimas semanas

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

<span lang= es-es >Último episodio</span>. Un potro de los comuneros de Baroña fue atacado en la madrugada de ayer en las patas traseras, pero logró huir por el monte después de romper un cierre de madera.
Último episodio. Un potro de los comuneros de Baroña fue atacado en la madrugada de ayer en las patas traseras, pero logró huir por el monte después de romper un cierre de madera. CArmela queijeiro< / span>

Criadores y comuneros de Porto do Son, Lousame y Boiro denuncian la muerte de hasta catorce animales y aseguran que los cánidos se dejan ver

10 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras dos años de apariciones esporádicas, y no siempre confirmadas por la Xunta, la presencia del lobo ibérico en Barbanza está más que confirmada con el incipiente aumento de ataques registrados en las últimas semanas, que se saldaron con 14 reses muertes. El último episodio se registró en la madrugada de ayer en Baroña, donde un potro de dos años fue atacado en las patas traseras. El equino sobrevivió, según explicó el presidente de los comuneros, Ovidio Queiruga, al romper un cierre de madera para huir.

Queiruga añade que «nos últimos dous meses xa tivemos catro ataques máis. Destes só apareceron restos e por iso non se denunciaron». Los comuneros de esta parroquia han optado, dada la situación que relatan, por llevar a zonas más bajas del monte, y cercanas a la población, a las crías y las madres como medida preventiva. El mismo dirigente de estos comuneros sonenses explicó que, según le aseguró un ganadero de la zona, vio hasta tres ejemplares rondando sus propiedades.

 

 

En el corazón del macizo

 

En la zona de A Graña, en el corazón de la sierra, hubo otros ataques a cabras. Aquí, los restos que aparecieron fueron pocos. En Lousame, la semana pasada, un vecino de Vilacoba denunció el ataque de un lobo que mató siete cabritos y una oveja. Los hechos, según explicó este ganadero, se registraron a plena luz del día, sobre las 17.00 horas, en el entorno de la aldea. Este mismo ganadero aseguró que, ya en el 2014, concretamente en los meses de verano y también a primera hora de la tarde, sobre las 16.00 horas, el lobo mató a cinco cabritos y una oveja. «O problema é que aparece durante o día e iso é un perigo para a poboación, que está insegura e así non podemos facer nada», explica este afectado antes de añadir: «O ano pasado foron varios ataques os que vivimos aquí, pero de momento non se fai nada».

En el caso de Lousame la presencia de estos ejemplares ibéricos resulta evidente atendiendo a los sucesos difundidos. Lo curioso de lo ocurrido en este municipio es que el único ejemplar que alguien asegura haber visto tiene un tamaño mucho más pequeño del habitual.

El mismo ganadero que denunció los ataques a animales de su propiedad explicó que fue un trabajador del Ayuntamiento el que lo vio mientras desempeñaba labores de desbroce, y añadió que el reducido tamaño de sus huellas complica su identificación y localización.