La cámara no hace al fotógrafo

Antón Parada RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

Adrian Gonzalez

La pobrense viajará al Parlamento Europeo, junto a otro estudiante finalista del IES Número Un de Ribeira, tras ganar un certamen a nivel de toda Europa

19 may 2016 . Actualizado a las 13:25 h.

Cuatro años atrás. Una chica está pasando una tarde de verano en la casa de su abuela. El calor es tan intenso como su aburrimiento, hasta que decide salir al jardín y tomar fotografías con su teléfono móvil. Comienza a disparar a cualquier rincón y si se le antoja retratar a una abeja, acerca el dispositivo a escasos centímetros del insecto para conseguir una toma perfecta.

En el transcurso desde aquel instante hasta la actualidad, Antía Varela Torres (A Pobra, 1998) nunca se habría imaginado que aquella particular afición le valdría como entrenamiento para ganar el Cedefop Photo Awards 2016, que organiza el European Centre for the Development of Vocational Training, dependiente de la Comisión Europea.

Este concurso de fotografía de teléfonos móviles -en el que se podían presentar hasta tres imágenes- fue conquistado por la pobrense, resultando elegida también su segunda fotografía como finalista. Por si fuese poco, no es el único triunfo que aterriza en el IES Número Un de Ribeira, ya que la instantánea de otro de sus estudiantes, José Antonio Somoza González (Palmeira, 1997), entró en esa selección de las diez mejores. El premio, hoy llegarán a Estrasburgo para una visita de cuatro días al Parlamento Europeo.

Vistazo a Instagram

Mientras Antía Varela echaba un vistazo a su Instagram, de entre los molestos anuncios surgió la convocatoria del concurso. Pero faltaban solo dos días para que este cerrase el plazo. José Antonio Somoza también lo había visto, pero no le dio mayor importancia hasta que ella le propuso participar. Podría decirse que la temática se les presentó favorable: el planteamiento eran fotografías sobre alumnos de una titulación de formación profesional. Y tenían el CIFP de Coroso a escasos metros del suyo.

De esta manera, se vistieron la piel del fotógrafo y solicitaron permiso para acceder a las aulas. En la clase de frío industrial, Varela se encontró con una chica que estaba rodeada de cálculos teóricos sobre una mesa repleta de elementos mecánicos. Esa era su fotografía: «Se trataba de evadir los clichés y prejuicios que existen hacia las mujeres en este tipo de oficios, haciendo alusión a la libertad de elección y de oportunidades».

Con un gran influjo de la crítica social la joven introdujo el matiz feminista. Y es que había tenido contacto previo con este arte, a través de un taller realizado por la Asociación de Altas Capacidades de Galicia (Asac) a la que pertenece, mas su interés por el planteamiento del género fotográfico humanista ya había aflorado en el pasado. Desde hace dos años posee una cámara réflex, pero no piensa que ese formato esté por encima del resultado a obtener con un smarthpone: «No creo que sea tan importante la herramienta como la persona que está detrás».

El viaje

«Congratulations». En el mismo aparato usado para hacer la foto, le llegaba la alerta del correo felicitándola por ganar. Poco después de comunicárselo a Somoza, este daba un brinco de alegría en el bus, al recibir otro mensaje notificándole su condición de finalista. La propuesta del chico se basaba en un bello encuadre, cargado de juegos de tonalidades distintas de mecanismos eléctricos, mientras un estudiante operaba en unos circuitos. Cuando se le pregunta por sus influencias acierta a señalar a Varela y solo pronuncia: «Ella».

Estos dos amigos demostraron que es posible exprimir trece megapíxeles digitales hasta que estos sangren arte. «La gente puede verse más intimidada ante el objetivo de una réflex, la discreción del móvil permite capturar la naturalidad», desarrolló la adolescente sobre las principales diferencias de cada tipo. Aunque son conscientes de que no todo puede considerarse al mismo nivel: «Si los fabricantes quisiesen que nos sacásemos selfies la cámara interior tendría los mismos megapíxeles que la exterior», puntualizó Somoza.

Tras haber realizado previamente los exámenes de fin de curso de segundo de bachiller, ahora podrán disfrutar de la paleta de Monet y Kandisky ?pintores que admiran en gran medida? en el Museo de Arte Contemporáneo. Ansían también recorrer los canales de la capital de la Unión Europea en barco y perderse por la Petite France, su barrio histórico. Pensarán que no es algo usual con su edad, pero la normalidad no gana premios.