Bellezas naturales cargadas de riesgos

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Lugares como el río Pedras o el monte Pindo atraen cada vez a más visitantes y los rescates han aumentado

23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las campañas de promoción de los espacios más emblemáticos de la comarca que realizan asociaciones y Administraciones, unidas a la tremenda capacidad de difusión de las redes sociales, han propiciado que cada vez sean más las personas que se acercan a la zona, tanto para disfrutar de sus vacaciones como para conocer y recorrer parajes naturales vírgenes. Aunque lugares como las piscinas del río Pedras, el monte Pindo o las playas de mar abierto de Ribeira, Muros o Porto do Son nunca han estado exentos de percances, estos se han multiplicado debido a la mayor afluencia de gente y, como señalan los equipos de emergencias, al hecho de que muchos de los usuarios no calibran los riesgos y no adoptan las medidas de precaución necesarias, como el uso de calzado y ropa adecuados o evitar adentrarse en espacios desconocidos si no se acude con un guía que domine el lugar.

Un ejemplo son los tres rescates, registrados en menos de una semana, en las piscinas del río Pedras. Una de las integrantes del equipo de Protección Civil de A Pobra, y que participó en ellos, Yolanda Sobradelo, explica: «Puxéronse de moda e ven xente de fóra que pensa que é coma unha praia, non dominan ben o tipo de sitio do que se trata».

Sobradelo declara que con el fin de mejorar su capacidad de respuesta ante una intervención, los voluntarios están haciendo prácticas: «Queremos coñecer ben o lugar, cada recuncho, para saber por onde están os accesos máis doados en caso de ter que sacar a alguén e ata onde podemos chegar cos vehículos».

Reconocimiento de playa fluvial

Por su parte, el Concello ya ha anunciado su intención de solicitar el reconocimiento de playa fluvial para este paraje del río Pedras, con el fin de que el próximo año pueda contar con servicio de socorrismo. Además, se colocarán paneles informativos y de advertencia.

También en el monte Pindo se han registrado percances recientemente. El último, comenta el policía local Jesús López, el de un joven de Cee con problemas cardíacos que se perdió en el ascenso hasta A Moa. Anteriormente le había sucedido lo mismo a una pareja. También tuvieron que recibir auxilio unos senderistas que, señala el agente, subieron un día de fuerte calor, a la hora en la que el sol incide con mayor fuerza y, además, con muy poca agua para poder hidratarse.

El Concello de Carnota señalizó el camino hasta la cima en los cruces en los que resulta más fácil perderse desde las subidas de O Fieiro, Caldebarcos y O Pindo, pero Jesús López manifiesta: «A xente pensa que chegar á Moa é sinxelo e ata van polo sitio máis difícil, ás veces incluso con nenos pequenos».

Este policía, que con el paso de los años se ha convertido en un gran conocedor del macizo carnotano, en el que entrena habitualmente, apunta que los lugares en los que se extravían más visitantes son «na baixada cara a cova da Xoana, porque non é unha ruta habitual; en chan de Lourenzo, cando hai néboa, e en Peñafiel, que é unha senda complicada. O importante é saber cales son as marcas».

Por su parte, desde la entidad Monte Pindo preparan la elaboración de unos planos para distribuir entre quienes acuden a la zona, además del trabajo de mapeado que realizaron con Google.

Las playas de mar abierto que hay en la comarca son otro de los sitios frecuentados en los que hay que extremar las precauciones porque ya se han producido varios incidentes trágicos. La mayoría de los lugares más conflictivos tienen socorristas durante el verano, pero no todos. Así sucede en los arenales de la zona de O Ancoradoiro. Un miembro del GES de Muros indica que, sin ir más lejos, hace un par de meses se produjo el rescate de dos bañistas irlandeses a los que arrastraba la corriente porque estaba bajando la marea: «Tivo que intervir a lancha de salvamento Salvamar e a un deles axudouno un surfista. Tódolos anos temos algún susto».

Este integrante del grupo de emergencias explica que muchas personas que se ven atrapadas por la corriente «queren loitar contra ela e son incapaces de aguantar, en lugar de intentar manterse a flote. O gran problema é o descoñecemento do lugar no que se atopan».