En los hogares de Barbanza hay ya 8.100 perros más que niños en edad escolar

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La diferencia se agrava, a favor de las mascotas, en Mazaricos, Lousame y Outes

16 jul 2017 . Actualizado a las 08:51 h.

Es sábado por la tarde. El sol ya ha caído y las playas se vacían. En uno de los parques infantiles que hay en el paseo de Coroso hay cuatro perros correteando de un lado para el otro y solo un chiquillo jugando en el tobogán. La estampa responde a la realidad que se vive en los hogares barbanzanos, en donde cada vez hay menos retoños y son más las mascotas. Según los datos del Rexistro Galego de Animais de Compañía (Regiac), el censo de canes identificados con chip ya supera en 8.107 al de los niños en edad escolar en la comarca.

David Loureiro, un vecino de Barbanza afincado en la zona hace algo cerca de un año, explica que aunque lleva más de tres con su pareja, como tantos otros jóvenes, no están en situación de tener un niño por circunstancias económicas. El mercado laboral es precario, señala, y no les ofrece la estabilidad suficiente como para dar el paso. «Es una responsabilidad que en este momento no podemos asumir», dice. Sin embargo, hace tres meses entró en su casa un animal. «A los dos nos encantan los perros y, aunque supone también sus gastos, podemos hacernos cargo de ellos y para nosotros ya es un miembro más de la familia», indica.

Distinto es el caso de Laura Sobrido, quien se estableció en Ribeira hace unos cuatro años. Llegó con dos acompañantes de cuatro patas. Uno de ellos se murió y «vino Noa en su lugar», cuenta, su única compañera de paseos después de que falleciese también su otra mascota. Sin embargo, acaba de tener un hijo: «Para mí nunca ha sido un obstáculo el perro para tener un niño, como sucede en algunas familias, que incluso se deshacen de él. Una cosa y otra se pueden compatibilizar».

Los más perreros

El municipio ribeirense es el que más perros censados tiene (4.600), al ser también el de mayor población, lo que requiere un esfuerzo extra por parte de la Policía Local para controlar este fenómeno. En lo que va de año, se instruyeron nueve requerimientos a dueños que los llevaban sin correa y se denunciaron a otros siete, además de atender dos casos de lesiones por mordeduras y dos de posible maltrato animal.

La proporción de mascotas respecto al número de habitantes se dispara en Mazaricos, Lousame y Rianxo, ya que uno de cada cinco vecinos convive con un animal. En el lado contrario está Muros, donde solo el 11 % de las casas alberga también a un perro.

Con todo, si tenemos en cuenta que los datos del Regiac (el único censo que existe) solo contabilizan los animales con chip, la cifra real es mucho mayor. Un indicador de cuánto, es que el 80 % de los canes que llegan a la única perrera de la comarca no están identificados.

La sangría poblacional que sufren las zonas rurales contribuye a agravar la diferencia que existe entre el número de canes y el de niños de hasta 11 años, en edad escolar. Así, en Mazaricos, que pasó de tener 779 menores de 16 años a comienzos de siglo a los 284 actuales, los perros ya triplican esta cifra. En Lousame casi tres por cada pequeño escolarizado y en Outes o Rianxo son el doble.

En los hogares noieses es donde más equiparada está esta proporción, con cerca de 1.700 perros y 1.300 menores de 12 años, seguidos de los boirenses, con unos 2.800 frente a 2.036.

Los nacimientos en el hospital comarcal cayeron un 24 % en los dos últimos años

La unidad de obstetricia del hospital barbanzano ha visto en el último año y medio cómo caía de nuevo el número de partos. Aunque el 2015 se cerró con un dato esperanzador, el mayor número de nacimientos del último lustro, la tendencia positiva no se ha mantenido. Llegaban menos bebés en el 2016, al igual que ha sucedido en este primer semestre. De acuerdo a los datos facilitados por la Xerencia de Xestión Integrada de Santiago, hasta junio hubo 117 alumbramientos en el centro de Oleiros, 19 menos que el año anterior y casi 40 respecto a hace dos, lo que supone una caída del 24 %.

Las niñas volvieron a ser mayoría, 69 frente a 48. El bebé que más pesó alcanzó los 4,5 kilos y el que menos, 2,08. La madre más joven tenía 18 años y la de mayor edad 43, pero cada vez cuesta más dar el paso de ampliar la familia y la comarca barbanzana ya está entre las más envejecidas de Galicia, hasta el punto de que por cada niño de menos de 5 años hay siete mayores de 64.