La huelga del transporte dejó en la estacada a usuarios del bus escolar

P. Calveiro / j. M. Sande RIBEIRA, MUROS / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Solo algunas empresas mantuvieron los servicios mínimos con centros educativos, y los piquetes impidieron a Arriva salir de Santiago

21 jun 2017 . Actualizado a las 12:28 h.

La huelga del transporte tuvo un seguimiento irregular en Barbanza, en donde solo se respetaron parte de los servicios mínimos. Hubo incumplimientos en los que tenían que ver con los autobuses escolares, y un buen número de niños se quedaron en la estacada, esperando a un autocar en la parada que no llegó a pasar.

Al igual que sucedía en otros rincones de Galicia, se dio la circunstancia en el área barbanzana de que en un mismo colegio o instituto en el que operan varias compañías de transporte, como Hermanos Ferrín y Monbus, unos alumnos llegaron puntuales por la mañana (concretamente, los que debían viajar en los vehículos de la primera empresa) y los otros tuvieron que arreglárselas para ir por otros medios a clase. Esta situación se repitió en varios centros de primaria y secundaria de la comarca de Barbanza, y principalmente, en los de Muros y Noia.

Sin embargo, en algún caso, como en Muros, al mediodía se retomaba la normalidad en los buses escolares. Las consecuencias, en líneas generales, más allá del contratiempo que supuso para muchos padres el tener que buscar un medio de transporte alternativo, no se dejaron notar en las aulas en forma de pupitres vacíos. Lo que sí hubo fue una caravana de coches más grande de lo habitual a la hora de comienzo y a la salida de las clases.

En la Confederación Galega de Anpas de Centros Públicos (Confapa) explicaron que «en la mayoría de los casos no se respetó el acuerdo de mantener el transporte escolar, especialmente en secundaria, y recibimos muchas llamadas de padres porque para las familias supone un agravio».

Los piquetes impidieron salidas

Lo mismo sucedió en cuanto al servicio de transporte regular. Los autobuses entre Ribeira y Aguiño, A Pobra, Corrubedo y Noia salieron todos, como si de un día normal se tratase, porque no hubo trabajadores en la empresa encargada que decidieran secundar la huelga. Uno de sus responsables indicó que «tenían total libertad», pero declinaron sumarse al parón. Sin embargo, los autobuses de Arriva Noroeste que salían de Santiago se vieron atrapados por los piquetes desde primera hora de la mañana, con los contratiempos que eso generó para los viajeros que dependían de estas líneas.

De la veintena de frecuencias comprometidas entre los servicios mínimos del transporte regular, al menos media docena no circularon. De ello salió beneficiado el sector del taxi, en el que se notó una mayor actividad.