Los servicios de dependencia suplen la falta de capacidad en los asilos

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

Actualmente solo hay unas 400 plazas en geriátricos y 29.000 mayores de 65 años

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En una comarca en la que el envejecimiento poblacional es cada año un problema más acuciante, la falta de capacidad de los centros residenciales es una cuestión que preocupa a la mayoría de ayuntamientos. Varios encabezan una ardua lucha para conseguir que en sus municipios se abra un asilo público, pero, mientras tanto, los servicios de dependencia ayudan a suplir la falta de capacidad de los geriátricos operativos en la comarca.

Actualmente, existen unas 400 plazas entre las residencias privadas y las que se ofrecen en los centros de Ribeira, Noia y A Pobra (las únicas con camas concertadas con la Xunta en la zona), que son un centenar y medio menos de las recomendadas por el Ministerio. Sin embargo, el número de mayores de 65 años en los once concellos barbanzanos ya supone unas 29.000 personas. Aunque muchas de ellas llegan a la senectud en plenas facultades, no siempre es así, y en un buen número de casos sus familiares no pueden cuidarlas, por lo que la demanda de atención en el hogar es un servicio imprescindible y va en aumento en la zona.

Con él se da solución a las necesidades del día a día de mayores con déficits de autonomía o con discapacidad, especialmente cuando carecen de otros apoyos en su entorno más cercano. Entre sus funciones está la asistencia para actividades básicas, como levantarse de la cama o acostarse, la higiene personal, el control de la alimentación y de los medicamentos o la limpieza del hogar.

En Ribeira, por ejemplo, el coste del servicio de atención en el hogar se acerca al medio millón de euros al año y de él se benefician 133 personas. Se han ido ampliando las horas de atención hasta las 35.966 anuales, pero, con todo, el alcalde, Manuel Ruiz, no da por aparcada su intención de incrementar en el municipio el número de plazas en la residencia para la tercera edad y se están haciendo gestiones en este sentido.

También en concellos pequeños

En otros concellos de menor entidad, como Lousame, también se ha dejado notar la demanda al alza de este método de asistencia a los mayores. De hecho, en enero del año pasado se empezó ofreciendo una media de 693 horas al mes y se acabó en diciembre ofertando, prácticamente, el doble (1.240). También en Outes, a pesar de que cuenta con asilos de carácter privado, recientemente se hacía eco Compromiso por Galicia de que hay «unha importante demanda de axuda no fogar sen atender» y, a veces, «atendida de forma precaria», aseguran. Otros como Mazaricos, que además es el municipio con la población más envejecida de la comarca (de sus 4.087 habitantes, unos 2.500 tienen más de 60 años) no cuentan ni con una residencia ni con un centro de día, por lo que existe una aspiración histórica de dotar al término de un geriátrico. Algo que, al menos a corto plazo, no parece factible.

«A nós sacáronnos o centro de día, que estaba cheo, para levalo a Muros e alí hai prazas baleiras», lamenta el alcalde carnotano, Ramón Noceda, quien asegura que «seguimos pelexando por el e non descartamos poder retomar a actividade nun futuro».

Uno de los pocos casos en que no hay interés por ampliar los servicios es en O Son. El regidor, Luis Oujo, afirma: «Temos un centro de día con 40 prazas que non está ao 100 % e quedan horas para dependencia, polo que estamos bastante ben cubertos».