El PP saca rentabilidad de una mayoría absoluta que en O Son se vende cara

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La crispación política es una constante en los plenos que reúnen a la corporación

20 jun 2017 . Actualizado a las 11:39 h.

Lograr una mayoría absoluta que permita gobernar con la tranquilidad de saber que los proyectos del ejecutivo local saldrán adelante no es sencillo, pero hay municipios en los que resulta especialmente complicado que los vecinos den un apoyo tan claro a una candidatura. Uno de ellos es Porto do Son, donde no se veía un respaldo tan amplio por parte de los votantes desde la cita con las urnas del año 91. El PP es consciente de ello y por eso está exprimiendo al máximo una mayoría que se vende muy cara.

Los populares gobiernan a placer apuntalados en la mayoría absoluta que le han dado los 120 votos de diferencia en los que aventajó a los demás grupos, pero eso no quiere decir que el mandato sea cómodo. Lo es en cuanto a la libertad de la que goza el ejecutivo a la hora de sacar adelante sus propuestas, como la reurbanización del entorno de la ludoteca, que pudo aprobar después de varios intentos fallidos, el plan urbanístico o los presupuestos municipales, aunque los demás grupos no están por la labor de allanar el camino para que el PP haga y deshaga sin oposición.

Reproches personales

De hecho, y esa es una tónica que ha dominado también en los mandatos anteriores, la crispación aflora en cada pleno y acaba enturbiando el ambiente.

El debate abandona con frecuencia los argumentos políticos y los ediles se enzarzan en un cruce de acusaciones personales que a veces rayan incluso la descalificación. Por lo demás, la relación entre oposición y gobierno se mueve entre las quejas de unos por las trabas para desarrollar su función y los reproches de los otros por la falta de colaboración de los demás grupos.

La oposición