El mercado de la vivienda

Ana Gerpe Varela
Ana Gerpe CRÓNICA

BARBANZA

13 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de un largo bum constructivo, que motivó que, por ejemplo, en Ribeira se visasen tantas viviendas como en Santiago, el panorama es que ahora existe una gran oferta de inmuebles vacíos, en su inmensa mayoría apartamentos construidos como viviendas vacacionales, que no tienen salida en el mercado.

Según afirman los profesionales de las inmobiliarias, vuelve a percibirse cierto dinamismo en el sector, pero el problema radica en que lo que se oferta no se ajusta a la demanda de quienes, después de este largo período de crisis, sí están en situación de poder adquirir un piso. No es de extrañar que lo que hay en el mercado no responda a las necesidades de quienes desean tener una vivienda en propiedad. Inmuebles de 60 metros cuadrados están muy bien para disfrutar de un par de meses al año, pero no tanto para convertirse en el hogar de una familia, y menos si esta desea tener hijos.

A esto se une la situación de quienes no pueden hacer frente a sus hipotecas, que los hay, aunque el número de casos haya descendido. Para aquellos que aún sufren el problema, conseguir la dación en pago sigue siendo un quebradero de cabeza.

A mayores están los vecinos que atraviesan por dificultades económicas y que, al menos, tienen la fortuna de no haberse hipotecado. Sin embargo, tampoco están en situación de poder hacer frente a un alquiler a cualquier precio. Para estos últimos se creó el programa de Vivendas Baleiras, al que se han sumado varios ayuntamientos de la comarca, como Boiro, Ribeira, Porto do Son o Rianxo. Sin embargo, la puesta a disposición de estos inmuebles parece que va más lenta de lo que en principio cabría esperar.

Por una parte, a los concellos les resulta difícil elaborar un catálogo de inmuebles disponibles y, por otra, hay muchos propietarios que, por lo que parece, no se fían de esta alternativa.

La vivienda, sea en propiedad o en alquiler, es un elemento de primera necesidad y sería deseable, pensando en el futuro, que situaciones como las vividas durante el bum de la construcción no volvieran a registrarse. Es necesaria una ordenación del ámbito constructivo porque, cabe señalar, no es la primera vez en España que el ladrillo comienza a subir, para luego caer en picado. Ya sucedió en los 70 y, por eso, es bueno aprender de los errores del pasado.