Desaparecen tres crías de chorlitejo en Aguieira y la presencia de perros levanta las sospechas de los ecologistas

La Voz RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los polluelos nacieron el miércoles y dos días después no había rastro de ellos

04 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No está siendo este un buen año para la repoblación del chorlitejo patinegro. Si el mes pasado eran destrozados cinco nidos de esta ave protegida en la playa de Coroso (Ribeira), esta semana un agente de la Xunta constató la desaparición de tres pollos en la de Aguieira (Porto do Son) y la presencia de perros en el arenal ha levantado las sospechas de los ecologistas. Desde Axena sopesaban la posibilidad de que hubieran sido devorados por las mascotas que habitualmente pasean por la zona, a pesar de que existen carteles en la playa que informan de la existencia de crías de chorlitejo.

La bióloga e investigadora del grupo de Biodiversidad Animal de la Universidade de Santiago, María Vidal, explica que los pollos nacieron este miércoles y, dos días más tarde, un agente de la Xunta que se encargó de la revisión del arenal sonense, en la que no encontró rastro de crías de la llamada píllara de las dunas, especie en peligro de extinción de la que solo quedan 80 parejas en Galicia.

Vidal, también coordinadora del grupo encargado de la conservación de la especie a nivel autonómico, no descarta la posibilidad de que los pollos pudieran haber sido devorados por un depredador natural, como el cernícalo. «Tenemos constancia de su presencia en la zona, aunque no se ve de manera reiterada», indicó. No obstante, explica que la probabilidad de que fuera un perro es mucho más alta, puesto que una vez que nacen las aves salen de las jaulas protectoras que se instalan en los arenales para buscar alimento y se convierten en presa fácil.

En este sentido, la investigadora echa en falta una mayor implicación de los ayuntamientos. En el caso del de Porto do Son, hay una ley municipal que prohíbe la presencia de perros en los arenales entre los meses de mayo y septiembre. «Hay playas en el norte de Barbanza en la que la presencia de perros es escandalosa, como enTestal o Queiruga. Cuando la pleamar es baja deja poca superficie de arena y los pollos no tienen escapatoria», dice.