Barbanza duplica la producción de leche con el menor número de granjas

BARBANZA

ALVITE

Solo queda una cuarta parte de las que había hace 20 años y generan 50 millones de euros al año

03 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La comarca tiene menos granjas lecheras que nunca, en concreto la cuarta parte que a mediados de los noventa, cuando empezaron a aplicarse con dureza las cuotas lácteas. Sin embargo, la producción durante este período no solo no ha dejado de crecer sino que, actualmente, se mueve en máximos históricos. De hecho, durante el mes de marzo -último del que existen datos oficiales- salieron del escaso medio millar de granjas barbanzanas que continúan en activo más de ocho millones de litros de leche, la cantidad más elevada en una única mensualidad desde que Hay registros.

Durante el 2016, el total de leche barbanzana entregada a la industria superó ligeramente los 85 millones de litros, más del doble de la que se registraba en el 1996. Esto permitió que el volumen bruto de negocio rondase los 35 millones de euros, cifra a la que hay que sumar otros 15 derivados de la venta de animales para la recría o degüelle.

La explicación a esta evolución tan dispar del número de granjas y el volumen de producción radica en la profesionalización y el redimensionamiento que ha caracterizado a estos negocios agropecuarios en la última década. Es decir, desaparecieron muchos pequeños establos, pero los que lograron permanecer en activo aumentaron considerablemente su tamaño con el fin de intentar ser más competitivos, extremo este que confirman desde el propio sector productor.

«Evidentemente, o cambio rexistrado nestes últimos dez anos foi moi notable tanto no tamaño das granxas como no nivel de profesionalización dos seus titulares. Aspecto este último vital para lograr sobrevivir neste negocio», apunta José Moreira Pardiñas, director técnico de la Asociación de Criadores de Frisón de A Coruña (Africor-Coruña), para quien una de las transformaciones más significativas de la última década ha sido la que ha afectado a la calidad del ganado y a los sistemas de manejo que se emplean.

«As medias de produción por animal incrementáronse en máis de 2.500 litros en apenas dez anos. Isto só se consegue con animais de alta capacidade e co control estrito de factores como a sanidade, a reprodución ou a alimentación», señala este técnico de Control Leiteiro, que destaca el trabajo realizado por los ganaderos barbanzanos en la mejora genética de la cabaña vacuna.

Líder en capacidad productiva

Según datos de producción de Africor, la comarca se encuentra entre las primeras de Galicia en capacidad productiva de su ganado. Mientras la media gallega ronda los 7.500 litros por vaca y año, en Barbanza supera ligeramente los 8.000.

De los poco más de 30.000 animales censados en la zona, alrededor de ocho mil tienen aptitud cárnica y más de doce mil ni siquiera alcanzan los dos años edad, momento a partir del cual, si se trata de reses frisonas, comienzan a producir leche.

En todos los ayuntamientos sin excepción hay censadas vacas, si bien destaca Mazaricos -primer productor lácteo de la provincia y quinto de Galicia- con casi el 80 % del total. Les siguen Outes y Lousame, con más de 3.000 reses cada uno. En el otro extremo se sitúa Carnota, solo hay 78 vacas, y Muros, Noia y Rianxo donde el censo supera ligeramente el centenar de ejemplares.

Seis de cada diez litros producidos se venden por debajo del precio de coste

El bajo precio que registra la materia prima en origen sigue siendo el principal problema al que se enfrentan las explotaciones lácteas barbanzanas. Actualmente, el 60 % de la leche que se produce en la comarca se vende a un precio inferior al de coste. De las 450 granjas que continúan en activo en la zona salen cada día más de 265.000 litros de leche, de los cuales 160.000 se comercializan a menos de 30 céntimos, cantidad mínima a la que distintas entidades cuantifican el coste medio de producción. El propio Ministerio de Agricultura eleva esa cifra a una horquilla que oscila entre los 28 y los 36 céntimos, lo que aumentaría significativamente el porcentaje de las que venden por debajo del coste hasta casi la totalidad.

Al margen de la cantidad que se tome como referencia, parece claro que un número significativo de establos están perdiendo dinero. Y, lo que todavía parece más grave, nada indica que la situación vaya a mejorar a corto plazo, pues se espera que los precios se mantengan, o incluso caigan levemente durante el verano.