Instalados
en la inseguridad

BARBANZA

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los robos se suceden en la comarca y, con ellos, la inseguridad. Sus autores son de perfil muy diverso, desde los que van a lo bruto a por las máquinas registradoras o apedrean los cristales con lo primero que encuentran, hasta los que son capaces de inutilizar un sofisticado sistema de alarma y videovigilancia para campar a sus anchas por el lugar elegido para cometer su fechoría.

Los hay desde los que van en busca de un puñado de monedas para satisfacer sus necesidades más perentorias, hasta los que cotizan más alto y no dudan en allanar empresas, con la confianza de encontrar un elevado botín.

No se trata tanto de lo que se llevan, aunque en algunos casos han tenido una suerte que ni ellos mismos se esperaban, sino de los daños que causan y, sobre todo, de la sensación de impunidad de la que parece que están rodeados. Para algunos pequeños empresarios, la lucha ya no consiste en sacar adelante su negocio día a día, sino en buscar la forma de hacerles frente a los ladrones. Los afectados se han armado con la ley: alarmas, cámaras de vigilancia, cristales y puertas reforzadas. ¿Qué más tienen que hacer?, ¿qué más pueden hacer?

Se suceden los propietarios que ven como sus negocios son allanados una y otra vez, a veces hasta por los mismos delincuentes. El malestar cada vez es mayor, al tiempo que crece la impotencia.

No es posible erradicar los robos, pero sí debe ser posible poner coto a una esta escalada que provoca una gran inseguridad entre quienes la sufren de primera mano y quienes temen ser los próximos, sea en su establecimiento o en su vivienda.

Con los medios de que disponen, las fuerzas de seguridad hacen lo que pueden. ¿Hay personal suficiente en la comisaría o en los destacamentos de la Guardia Civil para mantener una presencia policial constante en las calles que sirva, por lo menos, para disuadir a los delincuentes?

Y, por añadidura, ¿tan difícil resulta que delincuentes que son detenidos una y otra vez, consumiendo recursos y esfuerzos de las fuerzas de seguridad, acaben entre rejas al menos una temporada?

Es posible que sean necesarias, en lugar de juntas de seguridad locales, una reunión de carácter más amplio para definir qué estrategias conjuntas pueden utilizarse y, sobre todo, para reclamar los medios humanos y materiales necesarios para que quienes tienen que luchar contra la delincuencia puedan hacerlo. Seguro que hay carencias y seguro que hay medios para, por lo menos, mitigarlas.

La tranquilidad es importante. Es cierto que la seguridad absoluta no existe y que los robos nunca han dejado de sucederse, pero también es necesario abordar los problemas cuando aparecen.