Las estafas a través de Internet crecen y superan las cien denuncias al año

BARBANZA

MATALOBOS

Los timadores se esconden en países extranjeros y en servidores muy protegidos

16 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mundo ha cambiado radicalmente desde la irrupción de Internet. La Red, cargada de un potencial incalculable, también se ha convertido en una pesadilla para miles de personas. En Barbanza, cada vez son más los vecinos que acuden ante Guardia Civil y Policía Nacional después de haber sido estafados a través de Internet. La sangría ya supera las cien denuncias anuales, cifra que no ha dejado de crecer en los últimos tres años y que parece que aún no ha encontrado techo.

La seguridad digital es fundamental, más todavía si se tiene en cuenta que los agentes se encuentran en un auténtico laberinto para encontrar a los estafadores. Los defraudadores suelen esconderse en el extranjero, y sus páginas web se resguardan en servidores que cuentan con diversos cortafuegos para camuflar los datos del propietario. En la mayor parte de los casos, apuntan los expertos, los gastos legales son más elevados que lo perdido en la propia estafa.

Desde los cuerpos de seguridad reconocen que las cifras serían todavía mayores si la gente denunciase cada una de estas estafas. En muchos casos, al tratarse de sumas de dinero pequeñas, las personas timadas no acuden a las fuerzas del orden por el propio sentimiento de vergüenza. A pesar de que Guardia Civil y Policía Nacional cuentan con agentes especializados para este tipo de casos, aseguran que el mayor consejo que pueden dar a la ciudadanía es el de no confiar en los mensajes en cadena y en las gangas que circulan por el entorno digital.

Según los profesionales, el phishing se ha convertido en el principal cebo para los internautas. Esta estafa llega directamente al correo electrónico, donde se anuncia que el usuario ha ganado un coche de alta gama o un viaje al Caribe. Como requisito para reservarlo, el timador exige una fianza, no demasiado grande, que tiene que ser transferida a través de la red. A pesar de la baja suma, la ganancia se esconde en las miles de personas que reciben el mensaje.

Más problemas

El pharming es otro método. Los delincuentes entran en páginas auténticas y consiguen que el navegador salte a la suya, donde pedirán al usuario sus datos personales, así como el número de cuenta. Los mensajes del móvil son otro de los caminos, aunque más rudimentario, para conseguir timar a los internautas.

«Se non te das conta a tempo, lévanche todos os cartos do banco»

Fran Rodríguez, víctima de una estafa en Internet

Fran Rodríguez es el nombre ficticio de un vecino de Ribeira que, por una estafa digital, estuvo cerca de perder todo el dinero que ahorró en su cuenta corriente. Se salvó a tiempo, pero quiso mostrar su caso para que otros vecinos no se enfrenten al amargo trago que él sufrió en sus propias carnes. «Se non te das conta a tempo lévanche todos os cartos do banco», apuntó el barbanzano: «Entrei nunha páxina web que vendía gafas Ray Ban por 30 euros, cando o prezo orixinal era de 150. A páxina era igual á oficial, calcada, e ademais só tiña uns poucos modelos de oferta. Parecía do máis crible».

El barbanzano entendió que no había peligro y compró dos unidades: «Estaba perfectamente deseñada. Seguín todos os pasos ata o momento de pechar o pedido. Pero, una vez poñías a tarxeta de crédito, co número de seguridade, a páxina bloqueábase». Un día después, el ribeirense vio como habían sacado 600 euros de su cuenta corriente.

«Estábanme pasando cobros dunha empresa xaponesa e chamei ao banco. Por sorte, eles bloquearon directamente a transacción. Preguntáronme se era normal, e díxenlles que non, e foi aí cando me dixeron que todo apuntaba a unha estafa dixital». El barbanzano volvió a visitar la página web donde había intentado comprar, sin éxito, las gafas de sol: «Cando fun a comprobala había seccións que non funcionaban. Como a de contacto, que non existía». Como solución, se vio obligado a desactivar y cambiar de tarjeta de crédito.