La vivienda Calima se puso en alquiler en Semana Santa y desde entonces apenas hubo un día en que no estuviera ocupada
11 may 2017 . Actualizado a las 13:40 h.En el corazón de la parroquia boirense de Cabo de Cruz, una vivienda lleva unas semanas atrayendo la atención de vecinos curiosos. Bajo el nombre de Calima, la particularidad de esta casa, destinada al alojamiento turístico, es que su fachada y revestimiento están hechos íntegramente de aluminio. Sin embargo, su mayor característica es el éxito que ha despertado entre los visitantes a nivel nacional e internacional, pues desde su estreno, este año, apenas hubo un día en que no estuviese ocupada por algún inquilino.
«Ao comezo, a xente mira o aluminio e pensa que se trata dunha casa tipo contenedor», comenzó a relatar la responsable de la gestión comercial de Calima, María José Hermo. Sin embargo, en cuanto el público cruza su umbral los gestos de sorpresa funcionan como una ilustración de ese dicho que versa: el amor está en el interior. Y es que este inmueble cuenta con un moderno equipamiento y una decoración a la última, difíciles de obviar.
Perfil del visitante
Otro de los aspectos relevantes de este nuevo formato de alojamiento turístico es la diversidad de perfiles que la eligen para pasar sus vacaciones. Desde Semana Santa, ha recibido turistas de países europeos como Alemania, Reino Unido u Holanda que tanto se han alojado en días laborables como en fines de semana. Para las visitas de larga duración, como quincenas, la mayoría fueron del territorio nacional, como Madrid o el País Vasco.
Aunque el plano fue elaborado por un arquitecto con los trámites correspondientes, la cabeza que estuvo detrás de la fachada de aluminio fue la de Juan Sieira, un boirense con amplia experiencia en este sector. Desde un principio, su autor buscaba un diseño de carácter moderno que se alejase de lo convencional, aunque el empleo de este material no fue un capricho.
«As principais vantaxes do aluminio son o illamento térmico, un menor mantemento pola súa resistencia ou a carencia de pintado e a súa rapidez de construción», explicó Sieira. quien indicó que toda la estructura de este material se levantó en solo una semana, algo que llevó al boirense a patentar el diseño. «Ademais trátase dun material doado de reciclar», anotó Hermo.
Más que la estética
Precisamente, el hecho de que Calima conserve el calor en invierno y el frío en verano es un aliciente perfecto para su localización, ya que se encuentra en un lugar íntimo, a menos de 500 metros de la costa crucense, y la climatología de la zona puede sorprender en cualquier momento. A ello se suman los bajos niveles de consumo energético.
María José Hermo explicó que si la vivienda no entiende de nacionalidades tampoco de lo hace de edades: «Temos dende escapadas románticas de parellas a vacacións familiares». Y en estas últimas, ha llegado a venirse hasta el perro, ya que el recinto admite mascotas y cuenta con dos zonas ajardinadas, una de ellas con piscina y barbacoa.
En cuanto a su interior, la apuesta por los espacios abiertos y luminosos -a través de amplios ventanales- se complementa con otras funcionalidades, como una bañera de hidromasaje con vistas al jardín, televisor de plasma, una cocina de última generación o la genial combinación de muebles actuales con otros de factura artesanal.
El nacimiento y puesta en marcha de la casa de aluminio crucense es fruto de la experiencia de la creación y gestión de otras dos viviendas turísticas en Cabo de Cruz. Por eso, tanto Hermo como Sieira tienen claro que el proyecto seguirá adelante. Eso sí, ya han adelantado que cambiarán el material para seguir sorprendiendo y mantener la originalidad de Calima.