Prisionera en su propia casa y sin derecho a una capa de alquitrán

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro BOIRO / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

La titularidad privada de un camino impracticable impide a una discapacitada boirense salir del lugar en el que reside

24 mar 2017 . Actualizado a las 08:00 h.

Un gran socavón a la entrada y más de 25 baches de menor tamaño son las barreras a las que se tienen que enfrentar, diariamente, para acceder a sus propiedades, siete vecinos del lugar de San, en la parroquia boirense de Santa Baia. No es la primera vez que el mal estado de la vía de servidumbre causa una caída, algo que volvió a ocurrir el martes. Carmen Calo Lorenzo, más conocida como Carmucha, se armó de valor y cogió su andador -ya que le es imposible transitar por la senda con su silla de ruedas-, pero las irregularidades en el firme del único camino que la conecta con el mundo hicieron que acabase en el suelo. Se cayó sobre un brazo que se ha fracturado, del que será operada el día 29.

«Fomos os primeiros do lugar en facer a casa, no ano 1972, e sempre foi un paso público», destaca su marido, José Luis Fajardo, quien explica que él mismo se encargó de echar la gravilla del camino e intentó, en distintas ocasiones, cubrir los hoyos, pero un vecino se lo ha impedido reiteradamente argumentando que es el titular del paso. Curiosamente, el único acceso a su casa da a la carretera general, mientras que los otros no tienen más opción que hacer uso de la vía de servidumbre.

Fajardo guarda los planos de cuando construyeron su vivienda en la que figura que es un camino de carro. Su esposa asegura que han tenido problemas con el vecino que supuestamente no deja reparar el camino desde que se mudó, llegando a intervenir la Guardia Civil en el conflicto.

Críticas al Concello

«Sentímonos ignorados completamente polo Concello, porque xa teñen feito arranxos en moitos outros sitios, e aquí, aínda que llo reclamamos, non fan nada», añade Carmen Calo, quien reconoce que a raíz de la última caída, y dados sus problemas de movilidad, tiene miedo de cruzar la puerta de casa. Ahora depende totalmente de su marido para poder salir del lugar y ni siquiera puede llegar hasta allí la ambulancia que la lleva a rehabilitación.

El teniente de alcalde boirense, Fernando García Diéguez, señala que «este es un conflicto civil entre particulares». «El Concello intentó mediar y arreglar el camino hace ya dos años y pico, pero el vecino que es titular se negó. Es cierto que no tiene sentido que el propietario sea un particular que ni siquiera utiliza el paso para entrar a su casa, pero así está en las escrituras, y si hacemos allí una obra nos pueden denunciar por malversación de caudales públicos», continúa el edil popular. La solución, indica, pasa por que el propietario ceda al Ayuntamiento el camino o autorice a acometer en él mejoras, algo a lo que se ha negado hasta ahora. «Nosotros estamos dispuestos a asumirlas y actuaríamos inmediatamente», se compromete García Diéguez. La otra alternativa es que los afectados acudan a la vía judicial.