El rali más divertido recorrió Noia en una caravana de color

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El primer y el segundo premio de grupos se fue para Tomiño y A Rueirada de Muros se llevó el de la simpatía

12 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En este rali no había prisas ni ganaba el que primero llegase. No hubo accidentes ni tráileres atrancados. El París-Dakar de Noia avanzó por las calles de la villa a paso lento, para que los espectadores pudieran disfrutar de la caravana multicolor más divertida y esperada del carnaval barbanzano.

El desfile no defraudó. De hecho, fue uno de los que más participantes reunió de los últimos años. Hasta 17 comparsas, llegadas de distintos puntos de Galicia y alguna, incluso, de fuera de la comunidad autónoma, pasearon sus carrozas ante unas abarrotadas calles, dispuestas a despedir a Don Carnal como manda la tradición (después de 33 años de Rally París-Dakar ya es un encuentro ineludible para muchos), aunque fuera con unos días más tarde de lo previsto.

Las comparsas sacaron toda su artillería en una de las últimas convocatorias del carnaval y se lo pusieron difícil a un jurado que acabó sucumbiendo a dos de los grupos que más premios acumularon este año, ambos de Tomiño, para donde se fueron los 2.000 y 1.300 euros que correspondían al vencedor y al subcampeón.

Premiados

La comparsa Noite de Estrelas quedó en primera posición y Ciklón en la segunda. El bronce fue repartido, ex aequo, entre la Asociación Folclórica y Cultural Xirandaina de Santiago -que de cuatro concursos a los que se presentó este año se llevó otros tantos premios- y para la comparsa Os da caña de Marín. También hubo entre los vencedores representantes comarcales. A Rueirada de Muros y su espíritu tribal fueron reconocidos con el galardón a la simpatía, premio de consolación en los certámenes de belleza, pero una mención distinguida cuando la cosa tiene que ver con el entroido, el festival de la alegría y el desparpajo.

Aunque hubo propuestas para todos los gustos. Si de los más pequeños dependiese, los osos de tamaño real que pasearon su pelaje por Noia se hubieran llevado todos los premios. Menos clara estaría la decisión de premiar la comicidad. El grupo 115 Emerxencias de Taragoña hizo saltar lágrimas de risa a más de uno en una hilarante reanimación que no llegaba a su fin, desde la salida en la explanada de Irmáns Labarta hasta la Alameda. En esta ocasión, el cielo dio una tregua y durante las cerca de tres horas que duró el rali no cayó ni una gota.