Oda al esperpento

La Voz SÁLVORA

BARBANZA

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La situación en la que se encuentra el Museo Valle-Inclán es una oda al esperpento. Mientras en otras salas gallegas disponen de una climatización especial y controlan con higrómetros la humedad para que no se dañen los documentos y objetos, en el de A Pobra el agua cae a borbotones cuando llueve. Por no haber, no hay ni quien abra la puerta.