Las goteras ponen en peligro fondos de gran valor del Museo Valle-Inclán

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La falta de actuaciones ha hecho que parte de la cubierta corra el riesgo de desplomarse

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Museo Valle-Inclán hace aguas y no solo en el sentido figurado. Los daños en la cubierta en la torre de Bermúdez, declarada monumento histórico artístico en 1976 y vinculada a la familia del creador del esperpento, ya que perteneció a sus abuelos, se han visto agravados este invierno por la falta de actuación, hasta el punto en que ya no supone solo un problema para el patrimonio arquitectónico, también para los valiosos fondos originales que alberga el centro de A Pobra.

Tanto es así que parte del vestuario de época que exponían las vitrinas del auditorio del museo se ha retirado a otra sala, puesto que el agua se ha acabado filtrando y poniendo en riesgo las valiosas piezas. Una gran mancha negra ha ocupado su lugar y en los días de lluvia se puede ver el agua corriendo por la pared. A un par de metros, está un mantón real de Carlos III valorado en muchos miles de euros (en su día, 43 millones de pesetas).

Las filtraciones provienen del tejado del edificio. Los líquenes y helechos han crecido y levantado las tejas, permitiendo el paso del agua. Desde el gobierno local explicaron que se solicitó una ayuda de la Diputación para subsanar este problema. Sin embargo, los 4.000 euros del ente provincial se invirtieron en encintar las paredes y no se llegó a actuar en la cubierta a la espera de recibir fondos de la Administración autonómica.

«Houbo reunións con Anxo Lorenzo (secretario xeral de Cultura) e co conselleiro (Román Rodríguez) nas que se lles expuxo o problema, non se pode dicir que este goberno non fixera nada», indicó el alcalde, Xosé Lois Piñeiro, defendiéndose de quienes acusan a su ejecutivo del estado de deterioro al que ha llegado el edificio.

Riesgo de desplome

En la última visita que hicieron los arquitectos se detectó que la placa que hay bajo las tejas se encuentra empapada a causa de la constante entrada de agua, una situación que incluso supone el riesgo de desplome de parte de la cubierta. Algo, dicen los expertos, que es cuestión de tiempo que pase, si no se actúa cuanto antes.

Desde el museo se trata de combatir los daños con los pocos medios que hay a su alcance, llevando los objetos expuestos a las humedades a salas menos afectadas o conectando un deshumidificador que se mantiene encendido 24 horas y los siete días de la semana en el auditorio.

Esta precaria situación ya ha trascendido a escalas superiores. La Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego recibía en los últimos días un listado elaborado por uno de sus socios en el que se recoge una larga relación de desperfectos que afectan a la torre de Bermúdez.

«Un edificio como ese, monumento nacional histórico y artístico, declarado bien de interés cultual (BIC), no puede estar en esas condiciones», indicó el presidente de la asociación autonómica, el arquitecto Carlos Fernández Coto, quien se encargará personalmente de evaluar el estado del inmueble y ya ha solicitado, asimismo, una reunión con el regidor pobrense para abordar esta cuestión.

«Hablamos del edificio catalogado renacentista más importante de Barbanza, una joya del siglo XVI, probablemente el único edificio civil renacentista de toda la comarca, que además alberga un museo que es referente cultural y la única casa museo de Valle-Inclán que custodia documentos y objetos originales del autor», apunta Fernández Coto.