Si llevan pólvora, no son juguetes

Antón Parada

BARBANZA

Las sanciones por el uso o venta de petardos, sin la edad mínima o licencia, oscilan entre los 601 y los 10.400 euros

22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la época de los carnavales a la vuelta de la esquina, los primeros estallidos que suenan en la calle hacen preguntarse a muchos vecinos de la comarca si es legal que los jóvenes adquieran petardos u otros artículos de pirotecnia que luego harán explosionar. Lo cierto es que la respuesta a esta pregunta dependerá de la edad de la persona y del tipo de producto que manipule, y las sanciones para los infractores oscilan entre 601 y 10.400 euros. Los establecimientos que los suministren careciendo de licencia o los vendan a chavales por debajo de la edad mínima para cada unidad se enfrentan a multas de igual cuantía.

Precisamente, a comienzos de esta semana, Ribeira se convertía en el único municipio de Galicia en el que se han incautado petardos a negocios por carecer de licencia para su comercialización. Así lo confirmaron fuentes de la Guardia Civil, a la vez que apuntaron que en estas fechas es habitual que se controlen los puntos de venta. No obstante, también indicaron que no existe un problema en la comarca y que rara vez se producen accidentes.

Sin normas propias

Tras consultar a todos los concellos de Barbanza, ninguno de ellos ha elaborado una ordenanza propia que regule las sanciones por el uso indebido de petardos. La razón que explica que esto sea así responde a que ya existen dos legislaciones, a nivel nacional, que establecen las normas para su compraventa y utilización. Ambas datan de dos años atrás y se trata del Real Decreto 989/2015 y de la ya popular Ley de Seguridad Ciudadana.

El primer texto jurídico recoge que los alcaldes tendrán potestad para desarrollar estas leyes en mayor profundidad, a través de la elaboración de normas locales que fijen determinadas sanciones. Este es un hecho que se ha extendido, sobre todo, en grandes ciudades del sur y el Levante español, donde el uso de petardos está mucho más vinculado a la tradición popular.

Para encontrar un antecedente a escala local en la comarca, es necesario acudir a las normativas antirruido, como la elaborada en Noia en el año 2000. En ese sentido, no están recogidas las consecuencias por daños causados, por ejemplo, en mobiliario o propiedades privadas, sino por las molestias producidas al superar un determinado umbral de sonido.

«Temos outras moitas prioridades, mirarémolo de cara ao futuro», explicó el regidor noiés, Santiago Freire. Y en esa misma línea se posicionó su homólogo en Porto do Son, Luis Oujo: «Se chegado o momento a cidadanía protesta, valoraríamos crear unha ordenanza, pero cremos que non ten sentido facelo se non existe un problema».Si en algo coinciden todos los regidores de Barbanza es que nunca han detectado una gran presencia del uso de artículos de pirotecnia.

Artículos pirotécnicos y su uso permitido según la edad mínima

Bombetas: (Desde los 12 años)

Son pequeñas bolitas de carácter inofensivo que producen un chasquido al impactar contra el suelo.

Bengalas: (Desde los 12 años)

Si se prende la punta, comienzan a soltar chispas hasta que la pólvora del palo se consume del todo.

Traca: (Desde los 16 años)

Son series de petardos unidos que estallan de forma consecutiva. También las hay para mayores de 18 años.

Trueno o barreno: (Desde los 18 años)

Aunque hay una versión para 16 años, el nivel de pólvora que contienen puede hacer estallar un buzón o una papelera.

Candela: (Desde los 16 años)

El tubo guarda bolas de pólvora prensadas que son expulsadas desde la mecha cuando esta es encendida.

Cohetes: (Desde los 16 años)

Son petardos que cuentan con un palo que se clava en la tierra, para salir despedidos al ser encendidos.

Efecto tierra: (Desde los 16 años)

Al activarse comienzan a girar sobre sí mismos y a producir distintas formas geométricas sobre el pavimento.

Efecto volador: (Desde los 16 años)

Similar al efecto tierra, solo que realizan su papel en el aire y suelen contar con pequeños paracaídas.

Fuentes: (Depende de la carga)

Muy parecidas al efecto tierra, solo que los índices de pólvora y la edad mínima varían en cada tipo de unidad. 

Baterías: (Desde los 18 años)

Están compuestas por sucesiones de morteros, que crean una explosión predefinida. Suelen ser de uso profesional. 

«Cómpre separarse 25 metros como mínimo do petardo e empregalo sempre en lugares que estean ao descuberto»

A gran empresa do sector dos lumes de artificio na comarca é Pirotecnia Ricardo Resúa, cunha ampla tradición familiar que se remonta ao ano 1936. Un dos seus responsables, Juan Resúa, relatou unha serie de consellos e advertencias básicas á hora de poñerse a empregar petardos ou outros artigos deste tipo que poidan levar consigo calquera risco.

-¿Cales son as consideracións previas a ter en contar antes de usar artigos de pirotecnia?

-Normalmente, todos os petardos veñen cunhas instrucións de uso. Hai que tratar de seguilas ao pé da letra. Un dos erros máis cometidos é prender o petardo na man para lanzalos. Deben colocarse e prenderse sobre o chan.

-¿Cal é a distancia mínima de seguridade que hai que manter?

-Cómpre separarse uns 25 metros do petardo e usalo sempre en lugares que estean ao descuberto e afastados de grupos de xente.

-¿Os petardos pódense lanzar en calquera espazo?

-Non se deben explotar preto de zonas con cristais, pois a forza que producen ao estalar pode facer que a estrutura se resinta.

-Se un produto deste tipo non explota, ¿canto tempo hai que esperar para poder aproximarse?

-Polo menos é necesario esperar entre media e unha hora. Se finalmente non estourou, o máis adecuado sería recollelo e levalo ao provedor. En ningún caso hai que tratar de manipulalo tirándolle da mecha ou abríndoo.

-¿É perigoso colocalos no interior dun obxecto?

-Nunca se deben facer estalar en latas de refresco, macetas ou recipientes, xa que poderían desprenderse fragmentos.

-¿Que lle aconsellaría aos pais sobre o seu emprego se os fillos contan coa idade mínima?

-Aínda que poidan usalos, deberían facelo coa súa supervisión.