El 80% de las viviendas eran adquiridas por turistas
21 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La manida crisis dio un vuelco total al panorama urbanístico de Barbanza, pero en el pasado, la comarca se alzó como uno de los paraísos gallegos de la segunda vivienda. Las grúas sobrevolaban el cielo, sobre todo en estratégicos puntos del litoral. Se construía a destajo y se vendía. Tanto era así que, según las informaciones publicadas en La Voz de Barbanza hace 12 años, llegó a pagarse por algún piso, situado a pocos metros de la playa, más de 240.000 euros. Los turistas adquirían el 80% de estas viviendas.
El bum inmobiliario continuó un par de años más, un período en el que los constructores enfocaron su negocio hacia los forasteros. Pero, en el 2008, la burbuja empezó a perder aire y las grúas fueron desapareciendo del paisaje de Barbanza. En su lugar quedaron esqueletos gigantes de cemento y urbanizaciones a medio construir que siguen abandonadas.