El temporal derriba decenas de árboles y dispara el valor del pescado en las plazas

J. ROMERO / J.M. SANDE RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

Se registraron cortes de luz, viales cortados y zonas acordonadas para prevenir caídas de objetos de edificios

03 feb 2017 . Actualizado a las 12:00 h.

El viento huracanado, que alcanzó de media en la comarca unos 100 kilómetros por hora, dejó un sinfín de incidencias que obligaron a los equipos de emergencias a emplearse a fondo durante la madruga de ayer y buena parte del día. La mayor parte de los percances surgieron por la acción del viento, que derribó decenas de árboles que cayeron sobre viales y obstaculizaron el tráfico hasta que se cortaron y retiraron. El panorama, ya en la sierra de Barbanza, fue el mismo, con troncos -algunos de ellos podridos por los incendios del pasado verano- que cortaban el paso en pistas y caminos. Con la flota parada hasta nuevo aviso, el precio del poco pescado que se pone a la venta en las plazas sigue disparándose.

Las primeras incidencias fueron notificadas a partir de las cinco de la mañana, cuando el viento ya llevaba más de siete horas soplando con fuerza. Los bomberos del parque boirense tuvieron que desplazarse a Boiro de Arriba para cortar un árbol de grandes dimensiones, y al lugar de Abuín, en Rianxo, para retirar otro gran tronco que acabó sobre el cierre de un solar. En este núcleo también se vio afectado el tendido eléctrico, que cayó sobre la calzada y tuvo que ser recogido para evitar riesgos.

Sin parar

El servicio de emergencias municipal de Boiro tampoco paró. Además de recorrer el término para comprobar que no había inundaciones o saturación en alcantarillas, retiró un gran árbol que había caído justo en la entrada de la finca del pazo de Goiáns. En Comoxo, y también a causa del mal tiempo, hubo un corte de luz a media mañana. En Rianxo, y según informó la Policía Local, también se fue la corriente eléctrica entre las 8.30 y las 10.00 horas. En Muros, ya por la tarde, los cortes de suministro fueron constantes.

Los bomberos de Ribeira retiraron a mediodía una placa metálica que se había soltado de una chimenea y acabó en la avenida de A Coruña. A última hora de la mañana, en la calle Galicia se soltó, también a causa del viento, un cristal de la facha de un edificio, que no causó daños, pero sí obligó a los profesionales a limpiar los restos que ocupaban la vía pública peatonal.

En Protección Civil de Porto do Son tampoco pararon. La mañana empezó con la retirada de ramas y troncos de viales, como una acacia que el viento derribó en Laranga. Los integrantes de la agrupación recorrieron la red viaria del término solucionando todas las incidencias que se fueron encontrando. Los mismos voluntarios también retiraron unas ramas de tamaño considerable que destrozaron un cierre metálico en el lugar de Outeiro.

El GES de Muros no tuvo demasiado trabajo. La actuación principal se llevó a cabo en la AC-550 a su paso por Louro. Un árbol derribado por el viento causó daños en el tendido eléctrico de la zona y fue necesario recoger el cableado para evitar males mayores.

En Noia fueron varios los árboles que cortaron diferentes viales, como una mimosa de gran tamaño que cortaba el paso en la carretera que va a la central del Tambre.

Puntos de venta vacíos

La plaza de abastos de Ribeira funcionó ayer a muy bajo ritmo. Basta decir que solo trabajaron tres de las diez placeras que suelen hacerlo a diario. En Boiro, por ejemplo, también había menos actividad de la habitual, con unos seis puestos ofertando pescado y marisco, cuando lo habitual es que sean nueve. La previsión, atendiendo a las predicciones meteorológicas, es que las flotas de Ribeira, Muros y Portosín no regresen a la actividad hasta el lunes, como mínimo. Lo mismo ocurre entre los mariscadores. En Cabo, por ejemplo, ni ayer ni hoy faenarán, y en Noia, ayer, salieron un 20% de los profesionales y hoy habrá parón.

La hierba que nació en otoño frena los arrastres de ceniza en Porto do Son

No todo van a ser malas noticias para muchos comuneros de Porto do Son, que el verano pasado vieron como ardía mucho del terreno que está a su cargo. Ayer, en varias comunidades de montes sonenses afectadas, como la de Xuño, reconocían que la hierba que fue naciendo a lo largo del otoño, y gracias a las pocas precipitaciones que hubo, está haciendo de filtro para que la ceniza que cubre el suelo no llegue a propiedades privadas o a los ríos y regatos que hay en la zona y que desembocan en el mar.

Valoración de la zona cero

El presidente de la comunidad de montes de Xuño, José Manuel Silva, explicó: «Por agora a cousa vai aguantando grazas á herba que foi crecendo. É certo que algunhas zonas si están afectadas pola cinza, pero son pequenas e contadas. Esperemos que o chan siga aguantando igual de ben que ata o de agora. O que facemos nós é percorrer o monte para analizar o seu estado, por se atopamos zonas nas que existe risco de arrastres».