Más empleados de Caixabank acusan de la estafa millonaria al exdirector de A Pobra

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Dos investigadores de la Guardia Civil afirmaron que la entidad no les facilitó su trabajo

19 ene 2017 . Actualizado a las 13:45 h.

Un testigo detrás de otro, y todos ellos trabajadores de Caixabank, pasaron ayer por la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, en Santiago, para responder a las preguntas del fiscal, los abogados personados como acusación particular y de la defensa. El resumen, al acabar, no generó sorpresas. Y es que cada uno de los empleados de la entidad aseguró, sin fisuras, que el exdirector de la sucursal de A Pobra, acusado de estafar 1,9 millones de euros a 14 clientes, Francisco Javier Otero, es el único responsable de los delitos que se le imputan, y por los que la Fiscalía pide12 años de cárcel.

Entre los trabajadores de Caixabank citados ayer en sala estaba el que fue subdirector de la citada sucursal durante el tiempo que ocurrieron los hechos denunciados, y que, en consecuencia, era la mano derecha del entonces director, Otero. Este profesional de banca, al igual que el resto de sus compañeros declarantes, negaron cualquier responsabilidad y situaron a Otero como único artífice de una contabilidad paralela e ilegal valiéndose de su cargo de director.

Con estas declaraciones, cabe decir, los que fueron compañeros del único acusado desdicen la versión aportada el lunes por el mismo Otero, que utilizó la estrategia contraria al eximirse de cualquier culpa para ponerla sobre los hombres de las personas que hasta el 2011 trabajaron con él bajo el paraguas de Caixabank.

«Falta de colaboración»

Unas de las declaraciones más esperadas de los cuatro días que dura este juicio -empezó el lunes y finaliza hoy- eran las de dos agentes de ECO Galicia (unidad especializada en crimen organizado) que se encargaron de esta investigación, bautizada Watergate. Ambos, y por separado, dejaron clara su creencia de que existió un delito de estafa que perjudicó a 14 clientes de la oficina de A Pobra, siendo la mayoría pensionistas -cinco de ellos han fallecido a lo largo del último lustro que duró la fa se instrucción- que desconocían completamente los riesgos que implicaban los productos de riesgo que vendía Caixabank.

Los mismos agentes reiteraron, en diferentes momentos de sus declaraciones, que durante el tiempo que duró la investigación se encontraron con diferentes trabas para realizar su trabajo, siendo la que más afectó al buen desarrollo de la investigación la falta de documentación que tendría que haber aportado la entidad, y que, en el mejor de los casos, llegó incompleta, o, directamente, nunca se recibió. Los mismos agentes testificaron que la obligación de Caixabank es devolver los 1,9 millones de euros invertidos por los clientes por ser la responsable subsidiaria.

Estrategia

Una de los aspectos que más ha llamado la atención de todo lo dicho hasta ahora en los tres días de juicio se atribuye al letrado que defiende los intereses de Caixabank, que está personada como acusación particular en el proceso. El letrado, tanto en el escrito de acusación que redactó antes del juicio como en el tipo de preguntas que está realizando en sala desde el lunes, está dejando caer la posibilidad de que algunas de las víctimas que perdieron su dinero podían estar relacionadas con el exdirector de la oficina en lo referido a los presuntos delitos que se le imputan.

Las fuentes consultadas entre los letrados de los denunciantes aseguran que la estrategia de Caixabank es sembrar esa duda para no tener que devolver el dinero.