«Aprovecharé este reconocimiento para dignificar nuestra profesión»

BARBANZA

Sandra Alonso

El doctor lamenta la proliferación de clínicas con el único objetivo de ganar dinero

13 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Forma parte de una saga de dentistas y odontólogos, pero no es para él una mochila pesada. De hecho, nunca se planteó dedicarse a otra profesión. «La odontología ha avanzado mucho y hoy en día es muy atractiva, con muchas posibilidades de futuro, y más en el caso de Santiago, donde está ligada a la Facultade de Medicina». A esa brillante tradición familiar le pone hoy David Suárez Quintanilla el broche de oro con su ingreso como académico de número en la Academia Española de Ciencias Odontológicas, donde ocupará el asiento correspondiente a ortodoncia.

El acto tendrá lugar hoy a las 20.00 horas en Fonseca, y Suárez Quintanilla pronunciará en él un discurso sobre antropología cultural y ortodoncia, «porque es un campo que está cambiando, por la tecnología digital y los escáneres intraorales. Todo ello permitirá la deslocalización de los tratamientos y diagnósticos, que puedas tratar al paciente a distancia y eso va a ser un cambio muy importante».

El doctor, que además de destacar por su faceta clínica es también una eminencia en el campo de la formación, y lo demuestra con los cursos que dirige y las conferencias que imparte por todo el mundo, trabaja ahora en la introducción de su especialidad en el software y en el campo virtual. «Antes ibas al dentista y te tomaba la medida con pasta y luego se hacía un molde en escayola; ahora es un escáner el que toma las medidas adecuadas y que puede elegir entre diez mil tonos de colores para la dentadura. Se llamará en el futuro la odontología digital, con sistemas automáticos de diagnóstico», asegura sin disimular la pasión que siente por su profesión.

Proceso de dignificación

En algunos aspectos, esa profesión no vive sus mejores momentos, y eso le duele. Por eso asegura que aprovechará el reconocimiento que supone ingresar en la academia para dignificarla. Suárez Quintanilla lamenta la proliferación de clínicas dentales en cadena que, a su vez, están transformando en un negocio lo que es una profesión médica que debería tener, como primer objetivo, la salud. «Lo hemos hablado con el Ministerio de Sanidad; el problema no es que haya muchas clínicas dentales, el gran problema es el exceso de tratamientos que se hacen por motivos económicos. Todo el mundo tiene intereses económicos, pero es distinto que el dentista sea el propietario, porque entonces prevalecerán cuestiones éticas, a que sea un asalariado de una empresa que someta a presión a todos los niños que entran en la consulta para que salgan con un aparato». Y eso, reconoce, está ocurriendo.

La ortodoncia es una especialidad no siempre bien entendida, ya que se asocia a menudo a cuestiones estéticas. Y no es que los ortodoncistas no se ocupen también de esa parte, pero la mayoría de los tratamientos que se prescriben son por salud. «La odontología es conocida en todo el mundo, la gran desconocida es la ortodoncia, que está a medio camino entre la odontología y la medicina». Patologías del sueño, apneas, problemas de respiración, hiperactividad o déficit de atención e incluso somnolencias son problemas que pueden tener su raíz en deformaciones infantiles en el paladar o en la mandíbula. Y el doctor Quintanilla lamenta que esos casos no los trate la Seguridad Social. «En el CHUS o en el hospital de A Coruña se tratan algunos casos porque aunque no entren en la sanidad pública se puede hacer con ayudas, pero en otras comunidades no lo hay, y yo creo que habría que buscar fórmulas para que en todas hubiese al menos un par de clínicas para estos casos». Él tiene ahora, a través de la academia, un asiento privilegiado desde el que reivindicarlo».