Narcos de Ribeira trataron de importar 1.300 kilos de cocaína desde Venezuela

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El viaje frustrado del alijo
Ayerra

La Udyco constata hasta dos viajes de pesqueros al Caribe para recoger el alijo

03 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Colombia, Venezuela y Ribeira son los escenarios de una compleja investigación de narcotráfico a gran escala que tenía como objetivo el transporte por mar de 1.300 kilos de cocaína que acabarían siendo descargados en Barbanza, concretamente en la playa de Espiñeirido. La operación nunca llegó a materializarse, según parece, por la elevada presencia de fragatas de EE.?UU. en el perímetro de la costa venezolana para, precisamente, hacer frente al narcotransporte procedente de este país en su parte más próxima al Caribe. Aún así, para los investigadores está constatado que los implicados tenían su parte del plan financiada y cerrada, y si el alijo nunca llegó a Galicia fue por culpa de sus socios en Iberoamérica.

La investigación, bautizada Globos, fue dirigida en España por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional y acabó explotando, a mediados de julio, con las detenciones en Ribeira de los considerados máximos responsables de la organización gallega que, según parece, planearon durante dos años cómo transportar la droga en dos pesqueros que saldrían de las Islas Canarias y Cabo Verde para recoger el alijo en alguna ubicación pactada del océano Atlántico próxima al Caribe venezolano. Luego, la droga sería trasladada hasta el litoral barbanzano para, presuntamente, proceder a su descarga y distribución en Galicia y España.

Organización criminal

La operación Globos, de la que se levantó el secreto de sumario hace varias semanas, se instruye en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ribeira. Las diligencias policiales incluidas en el sumario constatan un sinfín de seguimientos realizados a los investigados, teléfonos intervenidos, la colaboración de las autoridades policiales portuguesas y francesas y abundantes pruebas incriminatorias que la Udyco da por incuestionables en sus conclusiones. De hecho, uno de los cargos que se les imputa a los principales acusados, además del de tráfico de drogas, es pertenencia a grupo criminal organizado al quedar constatado, para la Policía Nacional, que estos individuos cuentan con «una completa infraestructura para gestionar alijos a gran escala».

La investigación de la Udyco comenzó en el 2014, a raíz de otra operación contra el tráfico de drogas en Castiñeiras, bautizada Rufus. El persistente trabajo de campo de los agentes empezó a dar sus frutos a finales del 2015 al quedar demostrado que los cabecillas de la organización gallega realizaban viajes a Venezuela y, según parece, entregaban dinero a sus socios en el mismo país con fines ilícitos.

No fue hasta el pasado mes de enero cuando el trabajo policial entró en fase judicial. El detonante fue la visita a Galicia de uno de los presuntos responsables del cartel que exportaría la coca a Barbanza. Se trata de un ciudadano venezolano de nombre Yuber que llegó al aeropuerto de Santiago el 7 de enero. Allí lo esperaba el supuesto líder de la organización gallega, Francisco Javier Pérez, Fran, acompañado, según parece, por uno de sus más estrechos colaboradores, Manuel Bretal, Goriño. Estos tres sospechosos, tras hacer una breve parada en el Hotel Puerta del Camino, en Santiago, se desplazaron a Barbanza con varios agentes siguiendo sus movimientos desde ese mismo día a primera hora.

El destino que tenían los dos ribeirenses y su acompañante venezolano era la costa de Ribeira. Y concretamente la playa de Espiñeirido. Sobre este desplazamiento, la Udyco concluye: «Llama la atención el hecho de que horas después de llegar a Santiago el visitante Yuber, una de las primeras cosas que le enseñan Fran y Manuel sea una playa de Ribeira, totalmente desierta, en un día de lluvia y sin posibilidad alguna de hacer uso de ella».

El despiste luso

El visitante Yuber, según las mismas diligencias, tendría como objetivo entrevistarse con sus socios gallegos para conocer de primera mano la solvencia que ellos mismos habrían acreditado en los viajes realizados a Venezuela desde los aeropuertos de Oporto y Lisboa para despistar a las autoridades españolas. Algo que no se dio, ya que la Udyco tiene constancia de las fechas de salida y llegada de cada viaje transoceánico gracias a las autoridades portuguesas. A mayores, y en las primeras semanas del presente año, el Servicio de Aduana de Francia remitió un escrito a los investigadores asegurando: «Tenemos conocimiento y certeza de que una organización dedicada al narcotráfico entre España y Venezuela está preparando un operativo para las próximas fechas».

A las autoridades francesas no les faltaba razón, ya que, según la Udyco, la organización gallega ya tendría en ese momento todo el operativo financiado y preparado para materializarse. Por una parte, los gallegos, a través del considerado máximo responsable, contrataron a un armador el transporte marítimo a través de dos barcos pesqueros que saldrían de las Islas Canarias y de Cabo Verde. Es más, la Udyco asegura -atendiendo a las conversaciones telefónicas intervenidas- que estas embarcaciones salieron en dos ocasiones al punto de encuentro pactado, pero regresaron de vuelta sin el alijo al no aparecer los proveedores. Fruto de esos retrasos empezarían a surgir los problemas entre el armador y los gallegos por los gastos ocasionados.

Al final, y gracias a las conversaciones telefónicas grabadas, la Udyco sostiene en sus diligencias que los socios iberoamericanos (en Venezuela y Colombia, país de origen de la coca) fueron retrasando el envío hasta que, ya en abril, los importadores de Ribeira optarían por pasar a un plan B al ver que el transporte por mar no se concretaba y los gastos ocasionados seguían aumentando.