La inspección de los motores de las lanchas tensionó el puerto de Aguiño

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La Guardia Civil requisó tres embarcaciones por sobrepasar el caballaje

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La presencia de agentes de la Guardia Civil en Aguiño provocó un gran revuelo entre los marineros y curiosos que se acercaron a la dársena al tener conocimiento del despliegue. La indignación y la tensión fueron subiendo con el paso de las horas, e incluso hubo un pequeño amago para bloquear la entrada al puerto aguiñense. El motivo: se estaban inspeccionando las lanchas y la documentación de los percebeiros que llegaban a tierra.

Fue una mañana muy movida. La mayoría de las embarcaciones que atracaban con percebe para subastarlo en la lonja fueron sorprendidas por agentes de la Guardia Civil del Mar, apoyados por el Servizo de Gardacostas, que requerían su documentación. La actuación se saldó con tres lanchas decomisadas porque el caballaje de sus motores sobrepasaba el que aparece en los papeles. Los agentes también contaron con la colaboración de una patrulla de la Policía Nacional que se dejó ver por la zona.

Las comprobaciones se llevaron a cabo en numerosas embarcaciones, pero al final las expedientadas fueron tres. Dos de ellas acabaron a primera hora de la tarde en el recinto del cuartel de la Guardia Civil de Boiro, trasladadas por sus dueños. Otra quedó inmovilizada y no podrá salir al mar en tanto en cuanto no solucione el problema.

Escapar de las olas

Marineros afectados y el patrón mayor de la cofradía, José Antonio Santamaría, señalaron que esta actuación se debe a que las lanchas decomisadas tienen más caballaje del que está registrado en la documentación. La mayoría de los barcos que se dedican al marisqueo en Aguiño cuentan con motores muy potentes y según el dirigente del pósito, «é por seguridade pois traballar en Sálvora ao percebe non é fácil e hai que ter motores potentes para escapar das ondas en caso de mal tempo. Isto é para traballar, non para pasear».

José Antonio Santamaría indicó que este problema lleva unos veinte años encima de la mesa y nadie se ha atrevido a solucionarlo. Criticó además la actuación de los agentes porque «entraron a saco e aínda por encima nestas datas, cando podemos facer algo». El colectivo está indignado y al mismo tiempo preocupado pues «non sabemos o que vai pasar. Mañá -por hoy- temos pensado ir á ameixa, pero se veñen outra vez por aquí pode pasar o mesmo».

Santamaría convocó una reunión con los patrones mayores de la zona con el fin de analizar esta situación.

«Síntome impotente, isto é un golpe moi duro que aínda non teño asimilado»

Uno de los tres armadores a los que les requisaron la lancha ayer en Aguiño estaba desolado. Quiere permanecer en el anonimato para evitar problemas con las autoridades. Tuvo que llevar la embarcación hasta el cuartel de Boiro y ahora «non a poderemos usala ata que lle cambie o motor e arranxe os papeis».

Las Navidades están próximas y estas son las fechas más importantes para los productores que se dedican al percebe. Este marinero desconoce cuánto tiempo tardará en arreglar todo y teme que no llegue a tiempo para volver a la actividad y perder la principal campaña del año.

El afectado echó cuentas y no le salen. Destacó que suelen trabajar dos personas en el barco, por lo que dejarán de ingresar unos 5.000 euros. Y los gastos no se van a quedar atrás. Aparte de la multa, deberá hacer frente a un motor nuevo en el que deberá invertir unos 8.000 euros.

Poco antes de enganchar el remolque con la embarcación al coche para dirigirse a Boiro, estaba abatido: «Síntome impotente. Isto é un duro golpe que aínda non teño asimilado». La situación es similar en la práctica totalidad de la flota, pues «un 80% temos motores máis potentes». Ahora en lo único que piensa es en solucionar el problema cuanto antes para regresar al mar.