A Madroa llega hasta A Fieiteira

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El convenio firmado entre Atlético y Celta ha permitido que el club ribeirense dé un salto de calidad en la cantera

27 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Creo que é unha gran axuda para todos, a día de hoxe é fundamental ter a unha persoa formada cos rapaces e grazas a eles estamos dando pasos para conseguilo. A ilusión coa que afrontamos os adestramentos non ten nada que ver con outros anos», así define el técnico del infantil A del Atlético Ribeira, Jonathan Infante, el cambio que ha sufrido la cantera del equipo barbanzano tras la firma del convenio con la Fundación Celta de Vigo.

«Damos soporte metodológico y estructural a los clubes que así lo precisan, pero además de ese material, que se lo trasladamos al coordinador y a los monitores en reuniones periódicas, lo completamos con nuestra presencia en las instalaciones del equipo, donde trabajamos con los propios técnicos», asegura el coordinador de Escuelas y Convenios de la Fundación Celta, Diego García. Su enlace con el club barbanzano es el profesional olívico Jon Blanco, quien acude regularmente hasta A Fieiteira para vivir de primera mano el día a día del también club celeste.

«Están con nós no adestramento e fan correccións e propostas dos exercicios que podemos traballar cos rapaces. Estamos conectados continuamente vía Whatsapp ou teléfono e resólvenche calquera tipo de dúbida cando o necesitas», afirma Infante, que confirma que los técnicos del club vigués acuden a sesiones dispares, tanto en día como en categorías, con el motivo de que se mantenga la intensidad en cada entrenamiento.

«Estamos gratamente sorprendidos por el nivel de las sesiones, los técnicos son muy receptivos, por ahora vamos muy bien y nuestras conclusiones se las trasladamos en reuniones periódicas. Jon tuvo la primera para que sepan como vemos su trabajo y para que nos expliquen como ben ellos el nuestro», afirmó el propio Diego García.

Cambio radical

Desde el desembarco de los técnicos de A Madroa, la cantera del Ribeira ha cambiado radicalmente. Todos los monitores cuentan con acceso a una base de datos donde deben descargar sus planes de trabajo, que se tienen que ajustar a las pautas marcadas metodológicamente desde el primer momento. «O normal ata agora era que cada equipo facía un traballo diferente, segundo o que lle viña á mente a cada adestrador. Agora hai unha mesma base que vai dende prebenxamíns ata xuvenís e cada exercicio ten un obxectivo concreto que vai encamiñado a que os rapaces sigan aprendendo», afirma Infante.

El propio Diego García confirma que se trata del principio de dos años de relación «ampliables en función de que sea de su interés y que nosotros y ellos estemos en buena sintonía». Reconoce que uno de los aspectos que más sorprendió a los profesionales del Celta en estos meses fueron «los excesivos egos entre clubes, que para nada benefician a los niños. Es muy complicado, parece que cada uno quiere tener y manejar a su grupo. ¿No podría haber solo un club en la ciudad? A nosotros nos gustaría realizar esta labor para todos los chicos de Ribeira, pero nos debemos al Atlético».

Por el momento serán los jóvenes que vistan la camiseta celeste quienes disfruten del esfuerzo que realizan en A Fieiteira. «Os rapaces adestran con outra intensidade, cando están os do Celta aquí intentan sorprender, están moi motivados», asegura Jonathan Infante, que confiesa que el desembarco de los olívicos ha vuelto a estimular la pasión futbolera en todos ellos.