El BNG fraguó su escalada en la mesa electoral de Lira para colocarse como segunda fuerza
BARBANZA
Con una ventaja de 634 votos sobre la segunda fuerza más votada, el Partido Popular fue el vencedor de las elecciones autonómicas en Carnota. Esto no ha supuesto ningún cambio con respecto a lo que ocurría hace cuatro años y el medio centenar de sufragios que los conservadores se han dejado en el camino desde entonces apenas han mermado su liderazgo. Lo que sí ha cambiado es el color de la formación que ocupa el segundo puesto en las preferencias de los votantes carnotanos. El BNG ha tomado el relevo del PSOE gracias a un incremento de los apoyos recibidos en todos los colegios electorales, siendo el más destacado el aumento registrado en Lira, el bastión donde los nacionalistas fraguaron su escalada.
Puede ser que el sólido gobierno del BNG en Carnota haya tenido algo que ver en la discreta pero constante suma de votos en el haber de los frentistas, que se sitúan como segunda fuerza más votada en unas autonómicas por primera vez desde los comicios celebrados en el 2001.
Por su parte, el PSOE pasa a ocupar la tercera plaza, pero con apenas medio centenar de votos de ventaja sobre En Marea. Mientras la candidatura encabezada por Luís Villares es la que más ve aumentar el apoyo recibido en el término carnotano, los socialistas liderados por Leiceaga han sufrido el mayor desgaste perdiendo 131 sufragios con respecto a los resultados de hace cuatro años y más de un centenar con respecto a las municipales de mayo del 2015.
En cuanto a En Marea, en la última cita con las urnas perdió apoyos en las mesas de Lariño y Lira, un descenso que se vio ampliamente compensado por el incremento experimentado en colegios como el de O Pindo, el único en el que fue la segunda fuerza más votada.
Y, al igual que en los demás municipios de la comarca, los votos destinados a la candidatura de Ciudadanos fueron prácticamente testimoniales y sumó 32.
Con estos resultados, en unos hipotéticos comicios municipales el panorama en el Concello de Carnota variaría de forma notable y los seis concejales que ahora tiene el BNG pasarían a manos del PP, que gobernaría con mayoría absoluta mientras los nacionalistas tendrían que conformarse con colocar a dos concejales en la corporación.
Los socialistas tendrían la misma representación en el pleno, mientras que En Marea, que no concurrió a las elecciones en las últimas municipales, entraría en la corporación con un concejal.