Abuso de los móviles

Juan Ordóñez Buela DESDE FUERA

BARBANZA

24 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con las nuevas incorporaciones tecnológicas de telefonía móvil en nuestras vidas hemos llegado a un punto en que los excesos y molestias casi superan los beneficios. Para empezar, es un agravio tener que escuchar las conversaciones ajenas en lugares públicos, a grito pelado. Sin duda, estamos ante un problema de falta de educación, de afán de protagonismo y de pobreza intelectual.

Además, me entristece lo que le está ocurriendo a una inmensa mayoría de gente, que están enganchados a los móviles en cualquier situación: reuniones de ocio, comidas y cenas, bares, medios de transporte e incluso en la santa misa. Se han acabado las reuniones tranquilas y las charlas amenas con los amigos, en las que los participantes estaban presentes y atentos a la conversación. Ahora casi todos se despistan y pierden el hilo al estar pendientes de los wasaps, selfies, tuits, correos electrónicos, mensajes de Facebook, fotografías sin fin, filmaciones sin motivo y consultar en Internet que acaparan toda su atención.

No estoy en absoluto en contra de las nuevas tecnologías, todo lo contrario, las utilizo y con buenos resultados, pero creo que, como todo en la vida, en la moderación está el gusto equilibrado. De verdad, tengo una gran añoranza de tiempos no muy lejanos, con mis 30 años de servicio en Philips Ibérica SAE de Madrid, desde 1964 hasta 1994.