Se estrena en nuestras carteleras la Concha de Oro de San Sebastián

Víctor rodríguez

BARBANZA

El filme de Rúnar Rúnarsson es el nuevo ejemplo de cine islandés reconocido a nivel internacional

09 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

2015 • Islandia, Dinamarca, Croacia • Rúnar Rúnarsson • Atli Óskar Fjalarsson (Ari), Ingvar Eggert Sigurdsson (Gunnar), Kristbjörg Kjeld (abuela), Rade Serbedzija (Tomislav), Rakel Björk Björnsdóttir (Lára), Valgeir Skagfjörd (Bassi) • En Islandia se están realizando en estos últimos años películas de calidad que están trascendiendo en los festivales de nuestro país. Tras el premio al Mejor Director Novel en San Sebastián a De caballos y hombres (Benedikt Erlingsson, 2013) y la Espiga de Oro en Valladolid a Rams (Grímur Hákonarson, 2015), llega a nuestras carteleras el último trabajo de Rúnar Rúnarsson tras recibir la Concha de Oro en San Sebastián.

Sparrows, título metáfora de la fragilidad y la transición de los personajes de la película, se desarrolla en el verano de un remoto pueblo pesquero de Islandia. En las noches de esta época del año es un lugar donde no se pone el sol, permaneciendo bajo en el horizonte y arrojando constantemente una hermosa luz crepuscular sobre el entorno. Un lugar mágico y emotivo para relatar una historia de cambio.

Encrucijadas

«Me interesan las personas que se encuentran en una encrucijada en su vida. Las cuestiones a las que se enfrentan y las elecciones que deben hacer», comenta el talentoso director islandés. Su primer largometraje (Volcano, 2011) estrenado en Cannes y premiado, entre otros, en los festivales de Chicago y Valladolid, fue descrito como la historia sobre la mayoría de edad de un anciano que comienza un nuevo capítulo en su vida.

En este su segundo largometraje de amplio reconocimiento internacional, relata la historia sobre la llegada a la edad adulta de un chico de 16 años, Ari (Atli Óskar Fjalarsson), que ha estado llevando el estilo de vida de una gran ciudad con su madre en Reikiavik y al que de pronto envían a la remota región de los fiordos occidentales a vivir con su padre Gunnar (Ingvar Eggert Sigurdsson).

Allí tiene que atravesar una difícil relación con él, además de comprobar que los que eran sus amigos de la infancia han cambiado. En estas desesperadas circunstancias, Ari tiene que dar un paso adelante y encontrar su camino.

Hugo de Plata en Chicago en la competición de Nuevos Directores, Premio del Jurado Internacional a la Mejor Película en São Paulo por ser «una historia sobre la llegada a la adultez muy hermosa, poética y devastadora en un mundo de brutalidad», recibió el premio FIPRESCI en Gotemburgo por ser «una película honesta, impredecible y maravillosamente realizada sobre los adolescentes que crecen en una pequeña comunidad sujeta a choques generacionales».

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