«Los racimos de uva se arrugan porque la cepa consume el agua»

La Voz

BARBANZA

26 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El viticultor pobrense Francisco Crusat tiene un solo pensamiento: «Espero que no dure mucho esta sequía». Afirma que si la situación continúa prolongándose la cosecha, además de retrasarse «puede ser mala con una reducción de la producción». Se ha visto obligado a llevar cisternas con agua a sus plantaciones y señala que es imprescindible este aporte: «Los racimos de uva se arrugan porque la cepa consume agua. Se defiende consumiendo lo mínimo posible y reduciendo la actividad de la fotosíntesis. No queda más remedio que regar para paliar la situación».

Desde luego, en su amplia trayectoria como viticultor es la primera vez que se enfrenta a una sequía tan prolongada, pero reconoce que para llevar agua a algunos lugares en los que se encuentran sus viñedos cuenta con diversas dificultades».

Crusat prefiere no hacer pronósticos sobre lo que puede llegar a pasar si esta situación se mantiene. Indica que, por ahora, aunque si ha detectado que las cepas buscan su supervivencia intentando conservar el poco agua que tienen, podría salvar parte de la producción, pero no cabe duda de que este año no será tan bueno como los anteriores.