El campo barbanzano ha perdido ya más de diez millones por la sequía

Xoán r. alvite RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

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La producción de huerta y maíz se ha reducido drásticamente o ha desaparecido

26 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Este verano está resultando especialmente malo para los agricultores , viticultores y ganaderos de la comarca. La ausencia casi total de lluvias -en las estaciones meteorológicas de Corrubedo, Muralla y Lira solo se registraron precipitaciones significativas cuatro días desde el 21 de junio- ha provocado ya pérdidas en el campo barbanzano que superan los diez millones de euros. Esta cantidad puede llegar a duplicarse e incluso a triplicarse si se sigue manteniendo esta acuciante falta de humedad.

El maíz pasa por ser uno de los cultivos más dañados por el calor y por las fuertes rachas de viento del noroeste que afectaron a la comarca durante semanas enteras, y que provocaron la completa deshidratación de muchas plantas. Desde Ganaderos de Mazaricos, asociación que también aglutina a productores de Outes, se calcula que más del 75% de las dos mil hectáreas de maíz sembradas en la comarca presentan daños derivados de la falta de agua. Y que casi 300 ni siquiera serán recolectadas en septiembre por el reducido desarrollo de la planta. «Aínda que o calor afectou a todas as fincas, os danos varían moito dunhas zonas a outras. Como termo medio poderíanse cifrar as mermas da produción entre un 25 e un 40% o que, no aspecto económico, supón perder na zona entre cinco e sete millóns», apunta el presidente de la entidad, Óscar Blanco.

Peor si cabe es el estado que presentan la gran mayoría de praderías de la comarca de las que apenas ha brotado hierba en todo el verano. Esta situación ha obligado a los ganaderos a echar mano de la comida que almacenaban para su consumo durante el invierno y servirla a las reses en la finca. «Levo todo o mes levándolle rolos de herba ás vacas e cisternas de auga. Iso, ou deixar que morran de fame», apunta un productor cárnico.

Los viticultores también están desesperados porque creen que la cosecha de otoño puede ser la peor desde que se puso en marcha la denominación Viño da Terra de Barbanza e Iria. La falta de humedad está obligando a los propietarios a regar porque las cepas, ante la falta de humedad reducen su ciclo vital.

Por su parte, cultivadores de kiwis o de productos de horticultura señalan que arrastran los problemas derivados de un invierno que ya fue muy caluroso y que las plantas se resienten.