Barbanza ya no es turismo de tortilla

J.M. Jamardo CRÓNICA

BARBANZA

24 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Como cambiou o conto! No hace mucho tiempo, la comarca barbanzana todavía estaba en pañales en lo que a turismo se refiere. Era algo lejano. Como mucho de oídas. Se conocía algo por Sanxenxo o el otro lado de la ría. Era una utopía. Sin embargo, los empresarios comenzaban a espabilar. Nació el Centro de Iniciativas Turísticas que dependía de la Federación de Empresarios do Barbanza. Un grupo de entusiastas empezaron a moverse con proyectos exitosos. Grande fue la labor de Anxo Cristobo y su equipo para dar a conocer más allá del Padornelo las bondades y excelencias de la comarca. Fueron de los primeros en plantarse en Fitur para repartir guías turísticas y novedosas ediciones en CD.

Abrieron la puerta y pusieron la primera piedra para que la comarca fuese un referente turístico a nivel nacional.

A pesar del entusiasmo en un sector que estaba germinando con fuerza como el turístico, en algunos concellos la idea no entusiasmaba. En algunas playas y calas pequeñas todavía había pistas de tierra con accesos difíciles y sin servicios. No interesaba o no era rentable políticamente. En un pleno municipal, y a petición de un grupo de la oposición, los gobernantes rechazaron la iniciativa para que se asfaltase un vial de acceso a un arenal. El alcalde fue contundente: «Aquí non estamos para apoiar o turismo de tortilla, temos outras prioridades».

A pesar de las reticencias de algunos políticos poco a poco el número de visitantes fue a más. Hoy, la comarca es un destino con mucho tirón que fue creciendo también a nivel empresarial con la apertura de nuevos establecimientos hosteleros entre los que predominan las casas de turismo rural, bares, restaurantes y cafeterías que dan trabajo a decenas de personas. Las actividades relacionadas con el mar han dado un giro de 180 grados con la proliferación de clubes náuticos y escuelas de vela y surf.

Últimamente parece como si ya se llegase a la cumbre y estuviese todo hecho. Las iniciativas y las campañas pusieron una velocidad de crucero. La competencia en este sector es feroz y uno no se puede dormir en los laureles. Hace muy poco, los concellos se peleaban por ver quien conseguía más banderas azules. En la actualidad ya no es un bocado apetecible. Incluso hay playas míticas que no disponen de socorristas.

El turismo genera riqueza y es un motor económico que ayuda a las numerosas familias de la comarca. Costó mucho trabajo conseguir lo logrado hasta ahora por lo que no se puede bajar la guardia y es necesario seguir trabajando con la intención de que los forasteros continúen apostando por Barbanza. El turismo de tortilla ya pasó a la historia.