La Fiscalía reclama más medios por el riesgo de incendios para la población

La casuística de Barbanza, atendiendo a sus últimos grandes incendios, encaja como anillo al dedo con la descripción que realiza la Fiscalía de los incendiarios, y que ha sido elaborada atendiendo a las conclusiones recogidas por las fuerzas del orden en sus investigaciones en toda la provincia y por el propio Ministerio Público. La Fiscalía retrata a estos individuos como enfermos que, con el paso de los años, han encontrado nuevas motivaciones y más nocivas para la sociedad. De hecho, es la propia población en general la que está cada vez más en el ojo del huracán para estos fanáticos del fuego, que se han propuesto causar más daño a las personas que al monte.

El análisis realizado, y que según fuentes de la lucha contraincendios en la comarca es muy certero, evidencia como la motivación que tienen ahora estos individuos pasa por actuar en un escenario a mitad de camino entre lo urbano y lo forestal. Solo en Ribeira, el municipio de Barbanza que cuenta con más parroquias en riesgo de incendios este verano, se dieron varios casos en los últimos años.

Casos recientes

El más reciente, ocurrido en el 2015, se registró en Corrubedo y en el contexto de un ejercicio con muy poca actividad incendiaria. Aún así, este frente ocurrió en Corrubedo y el artífice, o artífices, plantaron en varios puntos para cerrar un círculo en el que, dentro, había viviendas y la carretera que comunica esta población con Ribeira. También está en el imaginario popular el gran frente registrado en agosto del 2013, cuando las llamas cercaron el polígono de Xarás y el hospital. En este caso el patrón vuelve a encajar a la perfección con el análisis de la Fiscalía.

Las infraestructuras, preferentemente viales, son espacios cada vez más apetecibles para estos individuos. El motivo principal es la notoriedad que alcanzan los incendios por los cortes de tráfico y la rápida difusión mediática que estos hechos implican. De hecho, en la valoración de la Fiscalía se alude a un grado bastante elevado de narcisismo por parte de los incendiarios cuando las llamas alcanzan el objetivo deseado o lo superan.

Autoprotección

El Ministerio Público también alude a la situación que viven algunos ayuntamientos, que carecen de planes locales de emergencia que incluyan la protección de la población. Aún así, y cuando las llamas ponen en peligro propiedades, los servicios de extinción, aunque no sean municipales ni cuenten con el citado plan, conocen a la perfección las prioridades, que pasan por proteger a las personas en primer lugar, sus propiedades en segundo, y si hay medios y tiempo al monte. A modo de conclusión, añaden en las fuerzas del orden que actúan en la comarca, el fuego ya no es una problema medioambiental, es una amenaza muy preocupante para la sociedad.

El patrón de los últimos frentes de Ribeira coincide con el perfil de estos fanáticos de las llamas

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