Once

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

02 jun 2016 . Actualizado a las 11:14 h.

Envejecí once años con la tanda de penaltis y me enamoré de un larguero. Thor, dios del trueno, al acabar el partido llamó a la lluvia para bendecir la Tierra y apagar la ira de la batalla.

Zinedine Zidane, que en su primer año como jugador ganó la novena, en su primer año como segundo ganó la décima y en su primer año como entrenador (ya tiene el carnet, Paco) ganó la undécima, dijo: «Hoy es domingo y somos campeones de Europa». Y yo, que pensaba que sobrevivir a este partido me había hecho inmortal, lloré.

Un mal día. Solo un mal día necesita un hombre para volverse loco. Un mal día bombardean un hospital y al siguiente te vuelves terrorista. Un mal día matan a tus padres al salir de la ópera y al siguiente te conviertes en Batman. Simeone tuvo un mal día y creo que enloqueció: tildó de fracaso su epopeya comandando al Atlético, el Cholo dejó de creer.

Pero no es cierto, no fracasó, en el 2011 cogió un Frankenstein y lo llenó de alma. No ha podido sentarse en el trono de hierro europeo pero sí que ha construido un respetable sillón con los cráneos de sus enemigos. No me caes bien, Diego Pablo, pero no has fracasado.

Sea como fuere, el Madrid ganó y cuando le va bien al Madrid me va bien a mí. Me encomendé al caos merengue y esta victoria supone que voy a tener un buen año. Hay quien cree en el tarot, yo creo en el Madrid. Y creo de tal modo que ya no es que sea parte de mi vida, es que es mi vida misma. La orejona ya está en casa y está también con los que no están. Con Di Stefano, con Juanito, con Velázquez y con mi abuelo Emilio.