El repunte de los robos de gasoil pone en jaque a transportistas y empresas

J. ROMERO / J.M. SANDE RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Algunas firmas se ven obligadas a vaciar los depósitos de sus camiones cada noche

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Para intentar comprender el alcance del robo de gasoil en un camión, y poniéndose en el lugar de un hipotético transportista afectado, basta decir que la sustracción de medio tanque de combustible implica la pérdida de unos 800 euros. Si esta casuística fuese inusual, en el propio sector de transportistas indican que no tendría importancia para los profesionales de la comarca que se dedican a esto, pero la realidad pinta un escenario completamente distinto en el que los robos de gasoil a camiones, ya sea los que estacionan en espacios públicos o lo hacen dentro de empresas cerradas, se suceden y ponen en jaque el futuro de numerosos autónomos y obligan a las empresas a buscar fórmulas para blindar el combustible de sus medios de distribución.

El portavoz de una compañía de Ribeira especializada en la fabricación de cemento indicaba ayer, al ser preguntado por la sucesión de robos que, al menos durante los fines de semana, dejan sus vehículos con los depósitos vacíos para que los ladrones, en el caso de visitarlos, se vayan por donde vinieron con las manos vacías. De hecho, los responsables de esta empresa optaron por aplicar métodos propios ante la sucesión de sustracciones que sufrieron durante estos meses, siendo el último en días recientes.

En la ría de Muros-Noia, y concretamente en la villa muradana, también conocen el alcance de este problema que, de forma escalonada, provoca que se presenten denuncias en la mayoría de los puestos de la Guardia Civil que hay en la comarca. La empresa de autobuses que realiza el transporte escolar del centro muradano Ramón de Artaza lo ha sufrido en varias ocasiones. De hecho, y como medida extrema tras denunciar varios robos en el instituto armado y no encontrar solución, la propia firma optó por aplicar un poco de picardía como medida paliativa. Y es que los autobuses pueden verse cada tarde estacionados en paralelo de forma que la entrada de cada depósito de gasoil quede lo más pegada posible al siguiente bus para no dejar espació de maniobra a los amigos de lo ajeno.

En los montes

Otras sociedades que sufren estos robos son las contratadas por los distritos forestales de la comarca para realizar labores en los montes. Se trata de trabajos que se prolongan más de un día, por lo que la maquinaria pesada queda en los montes estacionada por las noches. Y ante la sucesión de robos, los responsables de estas firmas optaron por llevar el gasoil en bidones para rellenar los depósitos con los litros necesarios para un día de trabajo, de forma que si sobra algo de combustible sea una cantidad tan ínfima que no resulte rentable para estos individuos con las manos demasiadas largas. Por último, decir que aunque las empresas afectadas recurran a métodos propios, las fuerzas del orden, en la medida de sus posibilidades, también hacen todo lo que pueden para dar con estos individuos y evitar más robos.

Compañías contratadas por los comuneros también padecen las sustracciones