La falta de espacio ahoga al Ribeira

Álvaro Sevilla Gómez
ÁLVARO SEVILLA RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Espacio escaso. Las instalaciones se han quedado pequeñas para los jóvenes que entrenan con el club ribeirense. La falta de espacio, y de vestuarios, obliga a los pequeños a cambiarse entre los bateles.
Espacio escaso. Las instalaciones se han quedado pequeñas para los jóvenes que entrenan con el club ribeirense. La falta de espacio, y de vestuarios, obliga a los pequeños a cambiarse entre los bateles.

El club de la capital barbanzana tiene que utilizar un bajo de unos 100 metros cuadrados para acoger a los 50 chavales que militan en la institución

26 may 2016 . Actualizado a las 16:13 h.

El Club de Remo Náutico de Ribeira afronta su tercer año de vida en medio de una encrucijada. En el aspecto deportivo, el equipo ha dado un salto de calidad, colándose entre los mejores de Galicia y disputando el Campeonato de España. La masa social no para de crecer y ya alcanza las 50 fichas. Sin embargo, también hay una nota negativa, las instalaciones se han quedado pequeñas y los técnicos ya no pueden aceptar a más niños. Aseguran que la lista de espera no para de crecer.

«Non temos vestiarios nin duchas e os rapaces teñen que compartir o espazo para adestrar cos barcos e cas máquinas. Na situación actual non pode entrar ninguén máis», se lamenta el técnico del club Jesús Silva. La base del equipo se encuentra en el paseo de la playa de Coroso. «Es un bajo de 100 metros cuadrados que nos cedió gratuitamente la abuela de un niño. Nosotros nos encargamos de pagar la luz y el agua, pero cuando llueve es imposible meter a medio centenar de chavales dentro, no hay sitio para nada», aseguró el delegado del equipo, Miguel Cores.

Cambiarse juntos

La falta de espacio es tal que los chavales tienen que cambiarse entre los bateles, chicos y chicas juntos. «Es una carencia básica, hemos hablado con el alcalde de Ribeira, Manuel Ruiz, para intentar buscar una solución, pero por el momento no hay ninguna encima de la mesa. Vemos predisposición por su parte, pero seguimos igual», afirmó Cores.

Asegura que una de las propuestas que le presentaron al regidor fue la de convertir la decantadora municipal de O Touro en la base del club: «Vimos buenas intenciones, no pedimos nada que no tenga el resto. No sé que tenemos que hacer para que el Ayuntamiento mueva ficha».

La otra alternativa que manejan los responsables del club es la oferta que les llegó desde la cofradía de Aguiño: «Nos comentaron que, si hace falta, ellos nos cederán un espacio. Si no hay otra solución tendremos que hacerlo. A pesar del trastorno que conllevaría para los chavales, que tendrían que empezar a desplazarse hasta allí, siempre es mejor que dejar morir el club», confirma Cores, que asegura que el Ribeira tendría que cambiarse de nombre hacia «algo así como Club de Remo Aguiño».

Medio centenar más

Este verano, con motivo de las escuelas deportivas, los ribeirenses contarán con 50 niños más. «Tendremos que partir la jornada porque de otra forma sería imposible. Por la mañana vendrán los chavales de las escuelas y por la tarde entrenarán los que forman parte del club», precisó Jesús Silva, que le pidió a los padres que querían anotar a sus niños que esperasen hasta verano.

Silva asegura que quieren seguir creciendo, pero que su actual situación se lo impide: «Chegamos a pensar en vender algúns dos nosos barcos para conseguir diñeiro para unha traiñeira. Non é fácil, temos alugada una nave para deixar algunhas embarcacións e o remolque. Cústanos 300 euros ao mes e na situación económica na que estamos suponnos moito. Necesitamos patrocinadores, que as empresas do pobo nos boten unha man. Teñen as nosas portas abertas».

Mientras tanto, en medio de la encrucijada, la bancada juvenil masculina disputará este fin de semana la final del campeonato gallego. A pesar de todos los problemas, los jóvenes remeros siguen buscando su espacio.