Santa Rita moviliza a las masas

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

BARBANZA

DANI GESTOSO

La bendición de la nueva capilla de Ponte Beluso y la misa posterior reunieron a cientos de personas

23 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La imagen de decenas de velas y centros de flores a orillas de la carretera comarcal AC-305 en Ponte Beluso está grabada a fuego en la retina de los vecinos de Barbanza. Durante décadas, las arruinadas oficinas de una antigua fábrica hacían las veces de capilla en honor de santa Rita y a ella acudían los fieles durante todo el año a realizar sus ofrendas. Hoy, esta estampa ha variado considerablemente gracias a las obras ejecutadas en las últimas semanas para dotar a la abogada de los imposibles de un recinto a la altura de su capacidad para movilizar a las masas. Es un hecho el poder de la santa para reunir a su alrededor a cientos de personas, y el acto celebrado ayer en Boiro es una buena muestra de ello, pero no la única.

Las celebraciones en honor de santa Rita se sucedieron en distintos puntos, como Nebra o Pontenafonso, pero el más multitudinario fue el de Ponte Beluso, donde la tradicional misa cantada en las instalaciones de una vieja fábrica estuvo precedida de la bendición de la renovada capilla en la que a partir de ahora los creyentes podrán venerar a la abogada de los imposibles. Al filo de las ocho de la tarde de ayer era difícil encontrar un hueco para dejar el coche en las proximidades del recinto por la gran cantidad de personas que se mantuvieron fieles a una cita que cada vez cuenta con más adeptos. Decenas de velas alumbraron el espacio dedicado a santa Rita, que acabó cubierto de rosas.

Otra tradición

Tampoco en Noia faltaron a la tradición y, como cada mes de mayo, un grupo de vecinos partió de la Alameda el sábado a las once de la noche para cubrir la distancia que separa la villa de Santiago de Compostela.

Esta particular peregrinación se lleva a cabo todos los años, y este no ha sido una excepción a pesar de la desapacible noche del sábado. Contra viento y marea, unas sesenta personas tomaron la salida en Noia y a primera hora de la mañana de ayer ya habían alcanzado la meta. Tras asistir a una misa en la catedral, la expedición puso rumbo a casa, esta vez en autobús.