El instituto Campo de San Alberto hace un repaso por su historia en sus bodas de plata

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Los exdirectores del centro recordaron viejos tiempos de la mano de fotografías antiguas, recortes de prensa y una charla

05 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El de ayer fue un día importante para el instituto Campo de San Alberto. El centro noiés celebraba sus bodas de plata y lo hizo en un acto en el que se repasaron algunos de los hitos históricos del centro noiés, ante muchos de los profesores y directores que hicieron carrera en esas aulas.

En la mesa presidencial estaban desde el primer director, Jano Leis, hasta el actual, Pedro Román, pasando por Chicho Carballada, Julio Caamaño, o Fran González. Junto a ellos, el alcalde noiés, Santiago Freire, quien se dirigió a los alumnos para recordarles que «os que peiteamos canas podemos analizar como mudou a situación a nivel económico en Noia». Tras poner en valor los logros obtenidos en estos veinticinco años, el regidor puso el foco en el futuro, y en lo que queda de camino.

Exprofesores y antiguos miembros de la comunidad educativa realizaron un pequeño viaje en el tiempo junto a parte de la plantilla actual (compuesta por algo más de sesenta docentes) para reencontrarse con el pasado a través del relato de uno de los veteranos del instituto, Domingo Alborés, y de las fotografías y recortes de periódico recogidos en un montaje audiovisual.

Del desprestigio a acicate

El ya jubilado Alborés recordó a los que se fueron por circunstancias «dolorosas» y a los que apostaron por otros destinos. Hizo un reconocimiento al personal no docente, que también enseñó grandes lecciones, y a todos los que contribuyeron a formar «persoas independentes e con máis criterio» a lo largo de estos años. El exdocente recordó cómo el Campo de San Alberto pasó de ser un «centro de pouca categoría», dedicado a una formación profesional «pouco considerada» por la sociedad, a transformarse en «un acicate» que se ha posicionado «no alto do ránking de secundaria a nivel galego».

Asimismo, Alborés -quien asumió el discurso principal con la venia de los exdirectores y el actual responsable- destacó que el centro fue «pioneiro na normalización do galego» y el esfuerzo realizado en la atención a la diversidad respecto a los alumnos con menos capacidades.

El talento que alberga el instituto lo puso de manifiesto Adriana Martínez, una alumna que se encargó de interpretar con destreza al piano una pieza musicada de Manuel María, que este año está teniendo un notable eco en las aulas al ser el autor al que se le dedican las Letras Galegas.

Para cerrar el acto, el centro entregó sendas placas conmemorativas a dos de los trabajadores que llevan desde el primer día entre sus paredes, la administrativa María Romero Iglesias y el subalterno Manuel Fontenlos González.

El colofón al aniversario se puso fuera del instituto noiés, en una comida de confraternidad en donde las anécdotas y las historias que acabaron creando escuela fueron el plato principal.