Lidia Parada alcanza su madurez

BARBANZA

MARCOS CREO

La campeona española encara con ilusión y sin presión una temporada que podría llevarla a los Juegos Olímpicos

30 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado fin de semana Lidia Parada (A Pobra, 1993) consiguió el mejor arranque de su historia. Fue en Vilanova da Cerveira, una pequeña localidad ubicada a orillas del río Miño. Clavó la jabalina a 55.07 metros, lejos de los 59.03 que la encumbraron en el Campeonato de España, pero casi tres metros por encima del comienzo del pasado año. «La marca está bien, pero me noté rara. Fue la primera vez de la temporada que lancé con tanta carrera y las sensaciones fueron malas», confiesa la pobrense, cuyas palabras permiten ver ese carácter inconformista que caracteriza a los campeones.

Este es un año especial para la barbanzana. Con la carrera prácticamente terminada, ha vuelto a vivir en A Pobra. Mientras estudiaba INEF en A Coruña se encontró con cientos de trabas para entrenar, además de bastantes problemas para aplazar exámenes cuando coincidían con torneos: «Cuando fui al Campeonato de Europa júnior se negaron a hacerlo. Algunos de los profesores han competido durante años, ¿como no pueden entenderlo? Durante este tiempo he tenido que hacer muchos números para poder estudiar».

Ahora, en A Pobra, ha ganado tiempo para dedicarse en cuerpo y alma al deporte: «Estoy entrenando en casa y las sensaciones son buenas. Tengo a Lardo conmigo y eso me ayuda. Me corrige fallos técnicos, me exige, me da más caña. Cuando estaba en A Coruña, al no tener a nadie controlándome, descansaba más entre ejercicio y ejercicio».

Río 2016

El camino hacia los Juegos Olímpicos tiene dos paradas previas. La primera será en la propia ciudad de Río, este mes de mayo, donde Lidia tiene una plaza reservada para el Campeonato Iberoamericano. El torneo se celebrará en el estadio olímpico, lo que le confiere mayor importancia y magia. El segundo escalón antes de los juegos será en el Campeonato de Europa absoluto, que se celebrará en Ámsterdam entre el 6 y el 10 de julio.

En el segundo irá a buscar la marca mínima para conseguir pasaporte olímpico, que está en 62 metros. «Es la más alta de la historia. Si se mantuviese la que estaba fijada para los Juegos Olímpicos de Londres se clasificaría con los 59.03 que logró en el Campeonato de España. Tenemos que preocuparnos del trabajo diario, el objetivo es que pueda llegar a Ámsterdam al 100%. Si lo consigue, ahí podrá lograr un lanzamiento que la acerque a Río», asegura convencido su técnico, Lardo Moure.

Lidia está tranquila, prefiere ver el camino a largo plazo: «Hay que hacer una gran marca y estoy trabajando para ello. Entreno día a día y si llega, mejor. Tengo tiempo, estos juegos me pillan muy joven». En ese momento aparece una gata negra que se ha convertido en la mascota del Club Atletismo Barbanza, y en la principal seguidora de los entrenamientos de la pobrense: «Lo que conseguí el año pasado es una responsabilidad. Tengo que regular mis marcas, obtener una estabilidad».

Preparación física

Confiesa que está más madura, que se toma de otra forma su preparación física: «Además del trabajo, tienes que cuidar lo que comes. Forma parte de la planificación, necesitas un equilibrio corporal». Esta parte no fue sencilla, pero confiesa que «tengo que estar en las mejores condiciones. Si no explotase todo lo que tengo a mi alcance nunca podría llegar a superar el nivel de mis rivales».

Frente a todos los muros que se ha encontrado en el camino, confiesa que los va superando «con ilusión. No necesito que nadie me dé una palmadita en la espalda. La gente que no está en este mundo no se da cuenta del sacrificio que conlleva. Sé quienes son las personas que me apoyaron siempre».

Rozando el milagro: Llegar a la élite con 180 euros al año

Lidia Parada se convirtió el año pasado en campeona de España de lanzamiento de jabalina. Una marca de 59.03 metros la alzó al primer escalón del atletismo nacional y meses más tarde la coronó como mejor deportista sub-23 del año 2015. Detrás de esa historia de éxito hay otra de sacrificio, la pobrense confiesa que solo recibió 180 euros en todo el año, aportación con la que tuvo que hacerse cargo de médicos, material y desplazamientos. 

Está claro que el dinero no duró demasiado y que la mayor parte de los gastos los tuvieron que abonar entre el Club Atletismo Barbanza y el entorno familiar de la deportista. Ahora, después del meritorio resultado, recibe alrededor de 7.000 euros, aunque el 30% lo obtendrá si este año alcanza unas marcas similares a las del pasado curso deportivo. 

«Si no eres el campeón del mundo vas a tener problemas económicos. Si tienes molestias tienes que pensártelo mucho antes de ir al fisioterapeuta ¿Cómo puedo permitírmelo? No me llega el dinero», confiesa Lidia.